Aclaracion: Bueno todos los
personajes y los libros que leen pertenecen a Jo Rowling, yo solo lo traspaso a
un blog para que puedan leerlo de una manera diferente con las intervenciones
de ciertos personajes pertenecientes a ella.
Espero disfruten, recuerden que voy
subiendo las partes del capítulo en la misma entrada.
Harry Potter y la cámara de los
secretos.
Capitulo XVII:“El Heredero de Slytherin"
-¿Quién leerá este capitulo?- preguntó Minerva, Sirius agito
la mano en el aire.
-Basta canuto, ya entendió, no me des vergüenza- Sirius miró
mal a Remus, mientras tomaba el libro.
-El capitulo se llama “El heredero de la peor casa”
-SIRIUS BLACK.
-De acuerdo, “el heredero de Slytherin”, aunque a mi parecer
es lo mismo que dije recién.
-Sirius mi hijo está en la jodida cámara de los secretos,
¿podrías leer antes de que me sienta en la obligación de meterte ese libro por
el…?
-¡Señorita Evans!- corto McGonagall.
-Ya leo, ya leo- Sirius miró aterrado a la pelirroja.
Se hallaba en el
extremo de una sala muy grande, apenas iluminada. Altísimas columnas de piedra
talladas con serpientes enlazadas se elevaban para sostener un techo que se
perdía en la oscuridad, proyectando largas sombras negras sobre la extraña
penumbra verdosa que reinaba en la
estancia.
-Muy serpertonso- murmuró Tonks, como si fuera una deducción
brillante.
Con el corazón
latiéndole muy rápido, Harry escuchó aquel silencio de ultratumba. ¿Estaría el basilisco
acechando en algún rincón oscuro, detrás de una columna? ¿Y dónde estaría Ginny?
-Oh mi niñita- Molly ya seguía preocupada desde el capitulo
anterior, aunque su hija estuviese sana y salva frente a sus ojos.
Sacó su varita y
avanzó por entre las columnas decoradas con serpientes. Sus pasos resonaban en
los muros sombríos. Iba con los ojos entornados, dispuesto a cerrarlos
completamente al menor indicio de movimiento. Le parecía que las serpientes de
piedra lo vigilaban desde las cuencas
vacías de sus ojos.
-Tranquila Lily, él está aquí.
-James hay millones de personas en este mundo ¿Por qué él
tenía que ir? Había cientos de magos más adultos, mas instruidos. ¿Por qué mi
niño de doce años tiene que ir?
-Porque tenía que salvarla, ella es su otra mitad, era
demasiado pequeño para entenderlo.
Ambos miraron a Harry que jugueteaba distraídamente con la
mano de Ginny mientras la abrazaba.
Más de una vez, el
corazón le dio un vuelco al creer que alguna se movía. Al llegar al último par
de columnas, vio una estatua, tan alta como la misma cámara, que surgía
imponente, adosada al muro del fondo.
Todos estaban demasiados
ensimismados en la lectura como para decir algo.
Harry tuvo que echar
atrás la cabeza para poder ver el rostro gigantesco que la coronaba: era un
rostro antiguo y simiesco, con una barba larga y fina que le llegaba casi hasta
el final de la amplia túnica de mago, donde unos enormes pies de color gris se
asentaban sobre el liso suelo.
-Salazar Slyhterin- murmuró Lucius admirado.
Y entre los pies,
boca abajo, vio una pequeña figura con túnica negra y el cabello de un rojo
encendido.
-¡Ginny!- todos, incluso los que no conocían a los Weasley,
estaban preocupados por el destino de la pequeña pelirrojita.
—¡Ginny! —susurró
Harry, corriendo hacia ella e hincándose de rodillas.
-Es sorprendentemente extraño el hecho de que te he visto de
rodillas frente a Ginny en demasiadas ocasiones- bufó Ron.
-¿De rodillas?- Sirius movió las cejas.
-Callate, solo es porque Harry adora mimar a sus hijos desde
antes que nazcan.
— ¡Ginny! ¡No estés muerta! ¡Por favor, no
estés muerta! —Dejó la varita a un lado, cogió a Ginny por los hombros y le dio
la vuelta. Tenía la cara tan blanca y fría como el mármol, aunque los ojos
estaban cerrados, así que no estaba petrificada.
-Tranquila pequeña- Harry le beso la frente, esto le dolía
casi tanto como a ella.
-Maldita sea Ginevra- bufo Fred preocupado por lo que le
paso a su hermana pequeña en esa cámara.
Pero entonces tenía que estar...—. Ginny, por favor,
despierta —susurró Harry sin esperanza, agitándola. La cabeza de Ginny se
movió, inanimada, de un lado a otro.
—No despertará —dijo
una voz suave.
-¿Quién…?-Alice palideció- El heredero.
Harry se enderezó de
un salto. Un muchacho alto, de pelo
negro, estaba apoyado contra la columna más cercana, mirándole.
-¿Quién demonios es?- preguntó Marlenne impaciente por saber
algo más.
Tenía los contornos
borrosos, como Harry si lo estuviera mirando a través de un cristal empañado.
Pero no había dudas sobre quién era.
—Tom... ¿Tom Ryddle?
-¿Qué?- la pregunta se extendió a lo largo del comedor.
-¿Cómo es posible?- Gideon, al igual que todos, se veía
realmente confundido.
Ginny se estremeció ¿Qué pensarían los demás de ella, al
saber que había sido, en cierta forma, la culpable de todo?
Ryddle asintió con la
cabeza, sin apartar los ojos del rostro de Harry.
—¿Qué quieres decir?
¿Por qué no despertará? —dijo Harry desesperado—. ¿Ella no está... no está...?
—Todavía está viva
—contestó Ryddle—, pero por muy poco tiempo.
-¿Por poco tiempo?- repitió Fabian pálido- ¿Por qué él
querría…? ¡Tú eres sangre pura!
Todos querían saber la respuesta, pero ella solo miraba hacia
abajo, con el cabello pelirrojo cubriéndole parte de la cara.
Harry lo miró
detenidamente. Tom Ryddle había estudiado en Hogwarts hacía cincuenta años, y
sin embargo allí, bajo aquella luz rara, neblinosa y brillante, aparentaba
tener dieciséis años, ni un día más.
-¿Cómo es posible que este él ahí? Sin envejecer- James
parecía confundido.
-Pudo haber muerto y ser un fantasma- sugirió Frank.
—¿Eres un fantasma?
—preguntó Harry dubitativo.
-No creo que eso sea- respondió Remus- es algo mucho menos
común que un fantasma.
—Soy un recuerdo
—respondió Ryddle tranquilamente— guardado en un diario durante cincuenta años.
Todos se veían aun mas confundidos que antes. Incluso
Severus, con su amplio conocimiento de la magia oscura, estaba completamente
desconcertado.
Ryddle señaló hacia
los gigantescos dedos de los pies de la estatua. Allí se encontraba, abierto,
el pequeño diario negro que Harry había hallado en los aseos de Myrtle la
Llorona. Durante un segundo, Harry se preguntó cómo habría llegado hasta allí.
Pero tenía asuntos más importantes en los que pensar.
-Ese diario no es tan poco relevante como parece- aventuró
Alastor convencido. Algo tenía aquel extraño diario que tenía que ver con todo
eso.
—Tienes que ayudarme,
Tom —dijo Harry, volviendo a levantar la cabeza de Ginny—. Tenemos que sacarla
de aquí. Hay un basilisco... No sé dónde está, pero podría llegar en cualquier
momento. Por favor, ayúdame...
-No creo que él vaya a ayudarlo- Lily palideció ante la voz
seria y preocupada de James.
Ryddle no se movió.
Harry, sudando, logró levantar a medias a Ginny del suelo, y se inclinó a
recoger su varita. Pero la varita ya no estaba.
-No te distraigas- advirtió Gideon- ese intento de fantasma
no es de fiar.
—¿Has visto...?
Levantó los ojos.
Ryddle seguía mirándolo... y jugueteaba con la varita de Harry entre los dedos.
—Gracias —dijo Harry,
tendiendo la mano para que el muchacho se la devolviera.
-¿En serio eres tan ingenuo?- se mofó Lucius.
-¡No te metas en esto serpiente rastrera!- previno Sirius.
-¿Quién eres tú para detenerme, traidor?
-¿Traidor yo? ¡Mortífago de poca monta!
-¡Eres u…!
-¡Por mucho que deteste a Malfoy, mi hijo está en la cámara de
los secretos! ¿Podrías seguir leyendo por el amor de Merlín?- cortó James.
Una sonrisa curvó las
comisuras de la boca de Ryddle. Siguió mirando a Harry, jugando indolente con
la varita.
—Escucha —dijo Harry
con impaciencia. Las rodillas se le doblaban bajo el peso muerto de Ginny.
-No es que fueses muy fortachon por aquella época, creo que
hubiese sido más fácil que Ginny te cargara a ti- se burló George, intentando
aligerar un poco el ambiente.
— ¡Tenemos que huir!
Si aparece el basilisco...
—No vendrá si no es
llamado —dijo Ryddle con toda tranquilidad. Harry volvió a posar a Ginny en el suelo,
incapaz de sostenerla.
—¿Qué quieres decir?
—preguntó—. Mira, dame la varita, podría necesitarla.
-Va a dañarlos, Arthur, va a dañarlos- Molly sacudía a
Arthur fuertemente.
-Ellos está aquí Molly, se que todo es horrible yo también
estoy preocupado… pero quitarme el brazo no va a solucionar nada- intento
calmarla con poco éxito.
La sonrisa de Ryddle
se hizo más evidente.
—No la necesitarás
—repuso.
Harry lo miró.
—¿A qué te refieres,
yo no...?
—He esperado este
momento durante mucho tiempo, Harry Potter —dijo Ryddle— . Quería verte. Y
hablarte.
-¿Por qué esta tan malditamente interesado en ti?- preguntó
Seammus confuso.
—Mira —dijo Harry,
perdiendo la paciencia—, me parece que no lo has entendido: estamos en la
Cámara de los Secretos. Ya tendremos tiempo de hablar luego.
—Vamos a hablar ahora
—dijo Ryddle, sin dejar de sonreír, y se guardó en el bolsillo la varita de
Harry.
Moody bufó, no había nada peor para un mago que perder su
varita.
Harry lo miró. Allí
sucedía algo muy raro.
—¿Cómo ha llegado
Ginny a este estado? —preguntó, hablando despacio.
—Bueno, ésa es una
cuestión interesante —dijo Ryddle, con agrado—. Es una larga historia.
-¿El conoce a Ginny?- poco a poco, la mente de Lily fue
atando cabos y palideció.
-Ginny era quien tenía el diario- susurró para sí misma.
Supongo que el
verdadero motivo por el que Ginny está así es que le abrió el corazón y le
reveló todos sus secretos a un extraño invisible.
Todas las miradas se centraron en Ginny que dejaba caer
silenciosas lagrimas.
—¿De qué hablas?
—dijo Harry.
—Del diario
—respondió Ryddle—. De mi diario. La pequeña Ginny ha estado escribiendo en él
durante muchos meses, contándome todas sus penas y congojas: que sus hermanos se burlaban de ella,
-Oh por Dios, Ginny nosotros… mierda, nunca creímos…-
George, al igual que el resto de los Wealsey, se veía triste.
-Pequitas…- Bill la miró con pena, ella era la debilidad de
su vida ¿Cómo no podría haber notado lo sola que se sentía?
que tenía que venir
al colegio con túnica y libros de segunda mano, que... —A Ryddle le brillaron
los ojos.
Molly sollozó.
-Cariño, si nosotros pudiéramos te daríamos todo lo mejor…
—... pensaba que el
famoso, el bueno, el gran Harry Potter no llegaría nunca a quererla...
Harry sintió un nudo en la garganta. ¿Cuánto habría sufrido
Ginny por él? Acarició con suavidad el anillo de matrimonio que unía su vida a
la de ella.
-Te amo- susurró- más que a mi vida.
Mientras hablaba,
Ryddle mantenía los ojos fijos en Harry. Había en ellos una mirada casi ávida.
—Es una lata tener
que oír las tonterías de una niña de once años —siguió—. Pero me armé de
paciencia. Le contesté por escrito. Fui comprensivo, fui bondadoso.
-Bastardo- Percy estaba furioso.
Ginny, simplemente, me adoraba: Nadie me ha
comprendido nunca como tú, Tom... Estoy tan contenta de poder confiar en este
diario... Es como tener un amigo que se puede llevar en el bolsillo...
-Ginevra, nunca confíes en cosas extrañas como esa ¿Cómo pudiste
olvidarte de eso?- la pelirroja seguía sin responder a nadie.
Ryddle se rió con una
risa potente y fría que parecía ajena. A Harry se le erizaron los pelos de la
nuca.
—Si es necesario que
yo lo diga, Harry, la verdad es que siempre he fascinado a la gente que me ha
convenido. Así que Ginny me abrió su alma, y era precisamente su alma lo que yo
quería.
Ginny comenzó a sollozar sin poder evitarlo, Harry intentaba
calmarla, mientras su camisa se humedecía con las lágrimas de ella.
Me hice cada vez más
fuerte alimentándome de sus temores y de sus profundos secretos. Me hice más
poderoso, mucho más que la pequeña señorita Weasley. Lo bastante poderoso para empezar a
alimentar a la señorita Weasley con algunos de mis propios secretos, para
empezar a darle un poco de mi alma...
-¿Eso quiere decir, que Ryddle poseyó a Ginny? ¿Cómo en las películas
de exorcismos?- Ted palideció.
—¿Qué quieres decir?
—preguntó Harry, con la boca completamente seca.
—¿Todavía no lo
adivinas, Harry Potter? —dijo sin inmutarse Ryddle—. Ginny Weasley abrió la Cámara de los Secretos. Ella
retorció el pescuezo a los gallos del colegio y pintarrajeó pavorosos mensajes
en las paredes. Ella echó la serpiente de Slytherin contra los cuatro sangre
sucia y el gato del squib.
-No es posible- Sirius paró de leer para dirigir una mirada preocupada
a la pelirroja.
-Lo…siento…tanto- soltó Ginny entre sollozos- yo no sabía…
No quería… Lo juro- todos la miraban con compasión y lastima.
-Nadie te creería culpable de semejante cosa Ginny-
tranquilizó Lily- tu eres solo otra víctima.
—No —susurró Harry.
—Sí —dijo Ryddle con
calma—. Por supuesto, al principio ella no sabía lo que hacía. Fue muy
divertido.
-¿Cómo alguien puede gozar atormentando a una niña?- Astoria
se veía asqueada.
Me gustaría que
hubieras podido ver las anotaciones que escribía en el diario... Se volvieron
mucho más interesantes... Querido Tom —recitó, contemplando la horrorizada cara
de Harry—, creo que estoy perdiendo la memoria.
Charlie tronó sus dedos, sintiendo la ira recorrerlo.
He encontrado plumas
de gallo en mi túnica y no sé por qué están ahí. Querido Tom, no recuerdo lo
que hice la noche de Halloween, pero han atacado a un gato y yo tengo manchas de pintura en la túnica. Querido Tom,
Percy me sigue diciendo que estoy pálida
y que no parezco yo. Creo que sospecha de mí... Hoy ha habido otro ataque y no sé
dónde me encontraba en aquel momento. ¿Qué voy a hacer, Tom? Creo que me estoy volviendo
loca. ¡Me parece que soy yo la que ataca a todo el mundo, Tom!
-Hijo de perra- Arthur se veía furioso como pocas veces en
su vida.
-¡Es una maldita escoria! ¡Eso es lo que es! ¡Meterse con
una pequeña de doce años, jugar con sus sentimientos y su alma, burlarse de
eso!- Minerva estaba repugnada de que un ser así existiera.
Harry tenía los puños
apretados y se clavaba las uñas en las palmas.
—Le llevó mucho
tiempo a esa tonta de Ginny dejar de confiar en su diario—explicó Ryddle—. pero
al final sospechó e intentó deshacerse de él. Y entonces apareciste tú, Harry.
Tú lo encontraste, y nada podría haberme hecho tan feliz.
-No termino de entender que es lo que quiere contigo.
De todos los que
podrían haberlo cogido, fuiste tú, la persona a la que yo tenía más ganas de conocer...
-¿Y eso porque?- Remus miró a Harry esperando una respuesta,
pero él no dijo nada.
—¿Y por qué querías
conocerme? —preguntó Harry La ira lo embargaba y tenía que hacer un gran
esfuerzo para mantener firme la voz.
—Bueno, verás, Ginny
me lo contó todo sobre ti, Harry —dijo Ryddle—. Toda tu fascinante historia.
—Sus ojos vagaron por la cicatriz en forma de rayo que Harry tenía en la
frente, y su expresión se volvió más ávida.
-¿Por qué siento que todo esto tiene que ver con el bastardo
de Voldemort?- preguntó James, haciendo que muchos se estremecieran ante el
nombre.
—. Quería averiguar
más sobre ti, hablar contigo, conocerte si era posible, así que decidí
mostrarte mi famosa captura de ese zopenco,
Hagrid, para ganarme tu confianza.
-¡Hagrid no es ningun zopenco!- defendió Hermione.
—Hagrid es mi amigo
—dijo Harry, con voz temblorosa—. Y tú lo acusaste, ¿no? Creí que habías cometido un error, pero...
Ryddle volvió a
reírse con su risa sonora.
—Era mi palabra contra
la de Hagrid. Bueno, ya te puedes imaginar lo que pensaría el viejo Armando
Dippet. Por un lado, Tom Ryddle, pobre pero muy inteligente, sin padres pero
muy valeroso, prefecto del colegio, estudiante modelo; por el otro lado, el grandón
e idiota de Hagrid, que tenía problemas cada dos por tres, que intentaba criar cachorros
de hombre lobo debajo de la cama, que se escapaba al bosque prohibido para luchar
con los trols.
-¿Culpo a un inocente? ¡Podrían haber mandado a Hagrid a
Azkaban!
-Sabiendo lo que sabemos de este Ryddle, sé que es capaz de
cualquier cosa- murmuró sombríamente Frank.
Pero admito que
incluso yo me sorprendí de lo bien que funcionó mi plan. Creía que alguien al
fin comprendería que Hagrid no podía ser el heredero de Slytherin. Me había
llevado cinco años averiguarlo todo sobre la Cámara de los Secretos y descubrir la entrada oculta...
Albus alzó una ceja con cierta sorpresa. Voldemort había
tardado cinco años en lograr lo que Harry había hecho en unos pocos meses. Solo
que él pequeño lo había hecho con el deseo de salvar a sus amigos, mientras que
Ryddle solo deseaba el poder absoluto.
¡como si Hagrid tuviera la inteligencia o el poder necesarios! Sólo el profesor de transformaciones,
Dumbledore, creía en la inocencia de Hagrid. Convenció a Dippet para que
retuviera a Hagrid y le enseñara el oficio de guarda. Sí, creo que Dumbledore
podría haberlo adivinado. A Dumbledore nunca le gusté tanto como a los otros
profesores...
-Porque sabía sus intenciones- susurró.
—Me apuesto algo a
que Dumbledore descubrió tus intenciones —dijo Harry, rechinando los dientes.
—Bueno, es verdad que
él me vigiló mucho más después de la expulsión de Hagrid, me fastidió bastante
—dijo Ryddle sin darle importancia—. Me di cuenta de que no sería prudente
volver a abrir la cámara mientras siguiera estudiando en el colegio.
-Cada vez el asunto se pone mas tétrico.
Pero no iba a
desperdiciar todos los años que había pasado buscándola. Decidí dejar un
diario, conservándome en sus páginas con mis dieciséis años de entonces, para que
algún día, con un poco de suerte, sirviese de guía para que otro siguiera mis
pasos y completara la noble tarea de
Salazar Slytherin.
-¿Qué magia es lo suficientemente poderosa y oscura como
para retener el recuerdo y alma de alguien en un objeto?- una luz se encendió
en el cerebro de Severus, como una chispa, al igual que en el de Dumbledore:
Horrocrux.
—Bueno, pues no la
has completado —dijo Harry en tono triunfante—. Nadie ha muerto esta vez, ni
siquiera el gato. Dentro de unas pocas horas la pócima de mandrágora estará
lista y todos los petrificados volverán a la normalidad.
-No creo que ese siga siendo su principal interés- Minerva
se veía confusa y preocupada.
—¿No te he dicho
todavía —dijo Ryddle con suavidad—que ya no me preocupa matar a los sangre
sucia? Desde hace meses mi nuevo objetivo has sido... tú.
-¿Qué demonios quiere de Ryddle del cachorro?- cortó Sirius.
-Lo sabremos si sigues leyendo canuto.
Harry lo miró—
Imagina mi disgusto cuando alguien volvió a abrir mi diario, y ya no eras tú
quien me escribía, sino Ginny. Ella te vio con el diario y se puso muy
nerviosa. ¿Y si averiguabas cómo funcionaba, y el diario te contaba todos sus
secretos? ¿Y si, lo que aún era peor, te decía quién había retorcido el
pescuezo a los pollos? Así que esa mocosa esperó a que tu dormitorio quedara
vacío y te lo robó.
-¡No fue por eso!- cortó Ginny con lagrimas en los ojos- ¡yo
sabía lo que le haría ese maldito diario! ¡Prefería que creyeran que yo era la
que atacaba a todos, a que culparan a Harry! ¡Yo quise protegerlo pero no sabía
cómo!- había expresiones variadas, desde la pena y la compasión, pasando por la
furia hacía Ryddle, hasta la admiración por el amor que una pequeña de once
años podía tener.
Pero yo ya sabía lo
que tenía que hacer. Era evidente que tú
ibas detrás del heredero de Slytherin. Por todo lo que Ginny me había dicho
sobre ti, yo sabía que irías al fin del mundo para resolver el misterio...
-Los Potter y su complejo de héroe- bufó Lily con
preocupación por su hijo.
y más si atacaban a
uno de tus mejores amigos. Y Ginny me había dicho que todo el colegio era un
hervidero de rumores porque te habían oído hablar pársel...
-Lo siento tanto Herms- la castaña le sonrió a Ginny quitándole
importancia.
»Así que hice que
Ginny escribiera en la pared su propia despedida y bajara a esperarte. Luchó y
gritó y se puso muy pesada. Pero ya casi no le quedaba vida: había puesto
demasiado en el diario, en mí.
-¿Cómo alguien puede hacerle eso a una niña de once años?-
Marlene se veía asqueada.
-Me da igual como puede, lo único que se es que cuando sepa quién
es el culpable de ese diario llegue a mi hermana, lo descuartizare- Charlie al
igual que el resto de los pelirrojos se veía furioso.
Lo suficiente para
que yo pudiera salir al fin de las páginas. He estado esperándote desde que
llegamos. Sabía que vendrías. Tengo muchas preguntas que hacerte, Harry Potter.
-No termino de entender que quiere de ti- James frunció el
ceño, detestaba no comprender.
—¿Como cuál? —soltó
Harry, con los puños aún apretados.
—Bueno —dijo Ryddle,
sonriendo—, ¿cómo es que un bebé sin un talento mágico extraordinario derrota
al mago más grande de todos los tiempos? ¿Cómo escapaste sin más daño que una
cicatriz, mientras que lord Voldemort perdió sus poderes?
-¡Sabía que tenía que ver con el enfermo de Voldemort!-
muchos se estremecieron ante el nombre- ¡supérenlo, maldita sea!- Sirius los
miró molesto- ¡mi ahijado se enfrento con él a los once años! ¡Deberían
avergonzarse de ser tan jodidamente cobardes!
-Señor Black, el lenguaje- regaño Minerva sin demasiado
entusiasmo, ella estaba de acuerdo con el ojigris.
En aquel momento
apareció un extraño brillo rojo en su mirada.
—¿Por qué te preocupa
cómo me libré? —dijo Harry despacio—. Voldemort fue posterior a ti.
—Voldemort —dijo
Ryddle imperturbable— es mi pasado, mi presente y mi futuro, Harry Potter...
-¿Qué demonios?- Gideon hizo una mueca sin comprender.
Sacó del bolsillo la
varita de Harry y escribió en el aire con ella tres resplandecientes palabras: TOM
SORVOLO RYDDLE
-Luego yo soy el egocéntrico- murmuró Sirius.
Luego volvió a agitar
la varita, y las letras cambiaron de lugar: SOY LORD VOLDEMORT
-¿Qué él qué?- las caras de confusión se extendieron por
todo el comedor.
-¿Entonces Ryddle es Voldemort?- Dumbledore asintió.
-Silencio por favor- acalló los murmuros que se escuchaban
por el comedor- seguramente el libro les explicara, de no ser así yo lo hare.
—¿Ves? —susurró—. Es
un nombre que yo ya usaba en Hogwarts, aunque sólo entre mis amigos más íntimos,
claro. ¿Crees que iba a usar siempre mi sucio nombre muggle? ¿Yo, que soy
descendiente del mismísimo Salazar Slytherin, por parte de madre?
-Esperen un segundo- cortó James- ¿Lord-
matemos-impuros-Voldemort es mestizo?
-Eso no es posible- Lucius se veía contrariado, al igual que
Narcissa.
-El padre de Voldemort era muggle y su madre una sangre pura
repudiada por su familia- respondió Albus, sorprendiendo a todos los
estudiantes.
-¿Pero si es mestizo, porque él…?
-Porque su historia, señorita Black, es mucho más compleja y
triste de lo que él podría aceptar. Pero creo que hará falta bastante lectura
para que comprendan toda su historia.
¿Conservar yo el
nombre de un vulgar muggle que me abandonó antes de que yo naciera, sólo porque
se enteró de que su mujer era bruja? No, Harry.
-¿Qué clase de hombre abandona a su mujer embarazada?-
Arthur se veía contrariado por sentir un leve sentimiento de pena hacía aquel
monstruo.
Me di un nuevo nombre, un nombre que sabía que
un día temerían pronunciar todos los magos, ¡cuando yo llegara a ser el
hechicero más grande del mundo!
-¡Dumbledore es el mejor hechicero del mundo!- defendieron
los merodeadores con fiereza, haciendo que Albus esbozara una triste sonrisa.
A Harry pareció
bloqueársele el cerebro. Miraba como atontado a Ryddle, al huérfano que se convirtió en el asesino de sus
padres, y de otra mucha gente... Al final hizo un esfuerzo por hablar.
-Yo me hubiese quedado paralizado de por vida- susurró
Seamus.
—No lo eres —dijo. Su
voz aparentemente calmada estaba llena de odio.
—¿No soy qué?
—preguntó Ryddle bruscamente.
—No eres el hechicero
más grande del mundo —dijo Harry, con la respiración agitada— Lamento decepcionarte pero el mejor
mago del mundo es Albus Dumbledore.
James, Lily, Sirius, Remus, todos los estudiantes y
profesores, salvo por los pocos Slytherin presentes, lo miraron orgullosos.
-Gracias Harry- Dumbledore lo miró con genuino
agradecimiento, aquel chico de ojos verdes sabía toda su historia, sus errores
y debilidades, y sin embargo seguía siéndole leal.
Todos lo dicen. Ni
siquiera cuando eras fuerte te atreviste a apoderarte de Hogwarts. Dumbledore
te descubrió cuando estabas en el colegio y todavía le tienes miedo, te
escondas donde te escondas.
Todos miraban con admiración a Harry, muchos adultos
presenten sentían temor si quiera al pensar en Voldemort, y él, con solo doce
años, le había plantado cara.
-Estoy muy orgullosa de ti Harry- ambas miradas esmeraldas
se conectaron y Harry le sonrió a su madre.
-Ustedes habrían hecho lo mismo.
De la cara de Ryddle
había desaparecido la sonrisa, y había ocupado su lugar una mirada de desprecio
absoluto.
—¡A Dumbledore lo han
echado del castillo gracias a mi simple recuerdo! —dijo Ryddle, irritado.
-Como si verdaderamente Albus fuera a abandonarlos a todos- ironizó
Flitwick.
—No está tan lejos
como crees —replicó Harry. Hablaba casi sin pensar, con la intención de asustar
a Ryddle y deseando, más que creyendo, que lo que afirmaba fuese verdad.
-Nunca los hubiese abandonado, me alegra que creyeras en mi
Harry- Albus sentía tal cariño por aquel jovencito, un amor paternal y un gran
respeto hacia la valentía y los valores morales que tenía
Ryddle abrió la boca,
pero no dijo nada.
-Logró callar al Señor Oscuro- murmuró Lucius perplejo.
Llegaba música de
algún lugar. Ryddle se volvió para comprobar que en la cámara no había nadie
más. Pero aquella música sonaba cada vez más y más fuerte.
-¿Música?- Frank se veía tan desorientado como el resto.
Solo Albus y Harry esbozaron unas pequeñas sonrisas.
Era inquietante,
estremecedora, sobrenatural. A Harry le puso los pelos de punta y le pareció
que el corazón iba a salírsele del pecho. Luego, cuando la música alcanzó tal
fuerza que Harry la sentía vibrar en su interior, surgieron llamas de la
columna más cercana a él.
Harry sintió la calidez inundarlo al pensar en el bellísimo
fénix.
Apareció de repente un pájaro carmesí del
tamaño de un cisne, que entonaba hacia el techo abovedado su rara música. Tenía
una cola dorada y brillante, tan larga como la de un pavo real, y brillantes
garras doradas, con las que sujetaba un fardo de harapos.
-¡El fénix de Dumbledore!- Lily fue la primera en darse
cuenta y responder a la duda que todos tenían sobre que era ese pájaro.
-Suena hermoso- suspiró Alice.
-¿Puedo tener uno?- preguntaron a coro Sirius y Tonks.
-Felicidades Sirius, yo pensé que tenías el cerebro de un
niño de cinco, pero parece que tienes el de una niña de siete- el ojigris iba a
reprocharle a Remus, pero Minerva lo obligo a seguir leyendo.
El pájaro se encaminó
derecho a Harry, dejó caer el fardo a sus pies y se le posó en el hombro. Cuando plegó las grandes alas,
Harry levantó la mirada y vio que tenía un pico dorado afilado y los ojos
redondos y brillantes. El pájaro dejó de cantar y acercó su cuerpo cálido a la
mejilla de Harry, sin dejar de mirar fijamente a Ryddle.
-Creo que le agradas- comentó Charlie extrañado- los fénix
no suelen unirse a dos humanos, ya de por si es extraño que se apeguen a uno.
—Es un fénix —dijo
Ryddle, devolviéndole una mirada perspicaz.
—¿Fawkes? —musitó
Harry, sintiendo la suave presión de las garras doradas.
-Le debo bastante- suspiró Harry enigmáticamente, creando
varias dudas.
—Y eso —dijo Ryddle,
mirando el fardo que Fawkes había dejado caer—, eso no es más que el viejo
Sombrero Seleccionador del colegio.
Así era. Remendado,
deshilachado y sucio, el sombrero yacía inmóvil a los pies de Harry.
-¿un fénix y el sombrero?- Narcissa frunció el ceño- ¿de que
podría servirle eso?
-No todo es lo que parece, señorita Black.
Ryddle volvió a reír.
Rió tan fuerte que su risa se multiplicó en la oscura cámara, como si
estuvieran riendo diez Ryddles al mismo tiempo.
Todos se estremecieron al pensar en diez Voldemorts.
—¡Eso es lo que
Dumbledore envía a su defensor: un pájaro cantor y un sombrero viejo! ¿Te sientes más seguro, Harry Potter?
¿Te sientes a salvo?
Harry no respondió.
No veía la utilidad de Fawkes ni del viejo sombrero, pero ya no se sentía solo, y aguardó con creciente
valor a que Ryddle dejara de reír.
-No estabas solo- secundó Albus seriamente.
—A lo que íbamos,
Harry —dijo Ryddle, sonriendo todavía con ganas—. En dos ocasiones, en tu
pasado, en mi futuro, nos hemos encontrado. Han sido dos ocasiones en que no he
logrado matarte. ¿Cómo sobreviviste? Cuéntamelo todo. Cuanto más hables —añadió
con voz suave—, más tardarás en morir.
-No tenía mucho que decir, tarde años de mi vida en entender
que paso esa noche- respondió ante todas las miradas curiosas dirigidas a él.
Harry pensó deprisa,
sopesando sus posibilidades. Ryddle tenía la varita; él tenía a Fawkes y el
Sombrero Seleccionador, que no resultarían de gran utilidad en un duelo. No
prometían mucho, la verdad. Pero cuanto más tiempo permaneciera Ryddle allí,
menos vida le quedaría a Ginny...
-Si intentabas alargar tu vida…- Bill palideció- estarías
dejando morir a Gin.
Harry percibió algo
de pronto: en el tiempo que llevaban en la cámara, los contornos de la imagen
de Ryddle se habían vuelto más claros, más corpóreos. Si Ryddle y él tenían que
luchar, mejor que fuera pronto.
-¿Cómo es posible que se enfrentara a él y no muriera? ¡Quién
sabe cuántas veces!- Lucius murmuraba a Severus, quien estaba tan sorprendido
como el rubio, pero lo disimulaba completamente.
-Suerte- siseó. Ningún hijo de Potter podría tener ni gota
de talento.
—Nadie sabe por qué perdiste
tus poderes al atacarme—dijo bruscamente Harry—. Yo tampoco. Pero sé por qué no
pudiste matarme: porque mi madre murió para salvarme. Mi vulgar madre de origen
muggle —añadió, temblando de rabia—; ella evitó que me mataras. Y yo te he
visto de verdad, te vi el año pasado. Eres una ruina. Apenas estás vivo. A esto
te ha llevado todo tu poder. Te ocultas. ¡Eres horrible, inmundo!
Uno a uno los alumnos se pusieron de pie para aplaudirlo con
respeto. Los profesores y los invitados también. Harry sonrió tímidamente, aun
no se acostumbraba a ser “el héroe” y no sabía cómo reaccionar. Lucius y
Severus rodaron los ojos, pero Astoria se levanto a aplaudir también, mientras
que Draco y Narcissa aplaudieron unas pocas veces mas discretamente. Lily tenía
un brillo de emoción en sus ojos.
-Por favor, se que la actitud del joven Potter es admirable,
pero prosigamos con la lectura.
Ryddle tenía el rostro
contorsionado. Forzó una horrible sonrisa.
—O sea que tu madre
murió para salvarte. Sí, ése es un potente contrahechizo. Tenía curiosidad,
¿sabes? Porque existe una extraña afinidad entre nosotros, Harry Potter.
-No hay nada parecido entre Harry y Ryddle- contradijo Ginny
con fiereza.
Incluso tú lo habrás
notado. Los dos somos de sangre mezclada, los dos huérfanos, los dos criados
por muggles. Tal vez somos los dos únicos hablantes depársel que ha habido en Hogwarts
después de Slytherin. Incluso nos parecemos físicamente...
-¿Fisicamente?- James parecía confundido. Harry no podía ser
parecido a Ryddle, porque era igual a él.
-Ryddle exageraba- tranquilizó Harry.
Pero, después de todo, sólo fue suerte lo que
te salvó de mí. Eso es lo que quería saber.
-Fue amor, pero Voldemort se empeña en subestimarlo.
Harry permaneció
quieto, tenso, aguardando que Ryddle levantara su varita. Pero Ryddle se
limitaba a exagerar más su sonrisa contrahecha.
-Esto se esta poniendo feo- susurró Fabian.
-¿Alguien podría pensar en Ginny?- rogó Molly.
—Ahora, Harry, voy a
darte una pequeña lección. Enfrentemos los poderes de lord Voldemort, heredero
de Salazar Slytherin, contra el famoso Harry Potter, que tiene de su parte las
mejores armas de Dumbledore.
-El niño de oro- Hermione sonrió- así solían decirte en el
profeta, El niño de oro de Dumbledore.
Ryddle dirigió una
mirada socarrona a Fawkes y al Sombrero Seleccionador, y luego anduvo unos
pasos en dirección opuesta. Harry, notando que el miedo se le extendía por las
entumecidas piernas, vio que Ryddle se detenía entre las altas columnas y
dirigía la mirada al rostro de Slytherin, que se elevaba sobre él en la
oscuridad.
-El basilisco- Ron tragó grueso. Y todos palidecieron.
-Oh Merlín.
Ryddle abrió la boca y silbó... pero Harry
comprendió lo que decía.
—Háblame, Slytherin,
el más grande de los Cuatro de Hogwarts.
-Joder, hasta después de muerto Slytherin es una molestia-
maldijo Sirius.
Harry se volvió hacia
la estatua. Fawkes se balanceaba sobre su hombro. El gigantesco rostro de
piedra de la estatua de Slytherin se movió y Harry vio, horrorizado, que abría
la boca, más y más, hasta convertirla en un gran agujero.
-Mierda- James sentía las uñas de Lily clavarse en su brazo.
Algo se movía dentro
de la boca de la estatua. Algo que salía de su interior.
Harry retrocedió
hasta dar de espaldas contra la pared de la cámara y cerró fuertemente los
ojos.
-Si claro, porque no verlo servirá de mucho… ¡Es una maldita
lombriz de siete metros!- Lily miró amenazadoramente a Sirius, que se silenció
y volvió a la lectura.
Sintió que el ala de Fawkes le rozaba el
rostro al emprender el vuelo. Harry quiso gritar: «¡No me dejes!» Pero ¿de qué
le podía valer un fénix contra el rey de las serpientes?
-Más de lo que Ryddle pudo haberse imaginado- una leve mueca
de satisfacción cruzó el rostro de Dumbledore.
Una gran mole golpeó
contra el suelo de piedra de la cámara, y Harry notó que toda la estancia
temblaba. Sabía lo que estaba ocurriendo, podía sentirlo, podía ver sin abrir
los ojos la gran serpiente desenroscándose de la boca de Slytherin. Entonces
oyó una voz silbante.
—Mátalo.
-Voy a torturar lentamente a ese sucio bastardo- James tenía
la mandibula apretada y la mirada furiosa como pocas veces.
El basilisco se movía
hacia Harry, éste podía oír su pesado cuerpo deslizándose lentamente por el
polvoriento suelo. Con los ojos cerrados, Harry comenzó a moverse a ciegas
hacia un lado, palpando con las manos el camino. Ryddle reía...
-Claro, porque ver a un niño de doce años luchar por su vida
es una fiesta- ironizó Bill con asco.
Harry tropezó. Cayó
contra la piedra y notó el sabor de la sangre.
-No me gusta la cantidad inhumana de veces que estoy oyendo
Harry y sangre en la misma oración.
La serpiente se
encontraba a un metro escaso de él, y Harry la oía acercarse. De repente oyó un
ruido fuerte, como un estallido, justo encima de él, y algo pesado lo golpeó
con tanta fuerza que lo tiró contra el muro.
-Oh dios- suspiros de preocupación se extendieron por el
Gran Comedor.
Esperando que la
serpiente le hincara los colmillos, oyó más silbidos enloquecidos y algo que
azotaba las columnas. No pudo evitarlo. Abrió los ojos lo suficiente para
vislumbrar qué sucedía.
-¡NO! ¡Mata con la mirada, por Merlín!- Hermione estaba
pálida, ella nunca había sabido realmente con detalle lo que paso en la cámara.
Harry, a pesar de contarles todo, había omitido muchos detalles por respeto a
Ginny.
La serpiente, de un
verde brillante y gruesa como el tronco de un roble, se había alzado en el aire
y su gran cabeza roma zigzagueaba como borracha entre las columnas.
Harry apretó el cuerpo de Ginny contra él. Escuchar todo
aquello no era fácil para ninguno de los dos.
Temblando, Harry se
preparó a cerrar los ojos en cuanto el monstruo hiciera ademán de volverse, y
entonces vio qué era lo que había enloquecido a la serpiente. Fawkes planeaba
alrededor de su cabeza, y el basilisco le lanzaba furiosos mordiscos con sus
colmillos largos y afilados como sables.
-¡Eso Fawkes!- Alentó Tonks- ¡Comete a la lombriz!
-Es escalofriante lo mucho que se parece a ti- murmuró
Andromeda, mirando a Sirius.
Entonces Fawkes
descendió. Su largo pico de oro se hundió en la carne del monstruo y un chorro
de sangre negruzca salpicó el suelo. La cola de la serpiente golpeaba muy cerca
de Harry, y antes de que pudiera cerrar los párpados, el basilisco se volvió.
-Mierda.
Harry miró de frente a su cabeza y se dio
cuenta de que el fénix lo había picado en los ojos, aquellos grandes y
prominentes ojos amarillos. La sangre resbalaba hasta el suelo y la serpiente
escupía agonizando.
-¡Cegó al basilisco! ¡Brillante!- festejó Seamus.
-Claro, si omitimos el hecho de que la serpiente aun vive,
aun mide siete metros y aun es venenosa.
—¡No! —oyó Harry
gritar a Ryddle—. ¡Deja al pájaro! ¡Deja al pájaro! ¡El chico está detrás de
ti! ¡Puedes olerlo! ¡Mátalo!
-No termino de entender como saliste de esa sin varita- Ojoloco
se veía más curioso que preocupado, aunque si algo tenso.
-Hay que leer- respondió simplemente Harry.
La serpiente ciega se
balanceaba desorientada, herida de muerte. Fawkes describía círculos alrededor
de su cabeza, silbando su inquietante canción, picando aquí y allá en el morro
lleno de escamas del basilisco, mientras brotaba la sangre de sus ojos heridos.
—¡Ayuda, ayuda!
—pedía Harry enloquecido—. ¡Que alguien me ayude!
-Nosotros tendríamos que estar ahí, Albus. No él, ni ningún otro
alumno- Minerva se veía molesta.
La cola de la serpiente volvió a golpear
contra el suelo. Harry se agachó. Un objeto blando le golpeó en la cara.
-¿Objeto blanco?- preguntó Tonks.
-Blando- corrigió Sirius.
-Dijiste Blanco.
-Dije Blando.
-Blanco.
-Blando.
-Blanco.
-Blando.
-¡SIRIUS BLACK, SIGUE LEYENDO O ME OCUPARE DE USAR UN CUERNO
DE UNICORNIO PARA CORTAR TU…!-Gritó Lily.
-Ya leo- cortó pálido.
El basilisco había
lanzado en su furia el Sombrero Seleccionador sobre Harry, y éste lo cogió. Era
cuanto le quedaba, su última oportunidad. Se lo caló en la cabeza y se echó al
suelo antes de que la serpiente sacudiera la cola de nuevo.
—Ayúdame...,
ayúdame... —pensó Harry, apretando los ojos bajo el sombrero— ¡ayúdame, por
favor!
-Así que, así fue- suspiró Ron. Harry asintió, dejando con
curiosidad a todos.
No hubo una voz que
le respondiera. En su lugar, el sombrero encogió, como si una mano invisible lo
estrujara. Algo muy duro y pesado golpeó a Harry en lo alto de la cabeza,
dejándolo casi sin sentido.
-¿Es una ayuda o el sombrero también quiere matar a mi
hijo?- se molesto James.
Viendo todavía
parpadear estrellas en los ojos, cogió el sombrero para quitárselo y notó que
debajo había algo largo y duro. Se trataba de una espada plateada y brillante,
con la empuñadura llena de fulgurantes rubíes del tamaño de huevos.
-No es posible…
-¿Esa es…?
-La espada de Gryffindor- respondió Harry, sacando algunos
exclamaciones de sorpresa.
—¡Mata al chico!
¡Deja al pájaro! ¡El chico está detrás de ti! Olfatea... ¡Huélelo!
Harry empuñó la
espada, dispuesto a defenderse. El basilisco bajó la cabeza, retorció el
cuerpo, golpeando contra las columnas, y se volvió para enfrentarse a Harry.
-¿Piensas matar un basilisco con una espada?
-No se puede decir que haya tenido demasiadas opciones.
Pudo verle las
cuencas de los ojos llenas de sangre, y la boca que se abría. Una boca lo bastante
grande para tragarlo entero, bordeada de colmillos tan largos como su espada, delgados,
brillantes, venenosos...
-Escalofriante.
La bestia arremetió a
ciegas. Harry, al esquivarla, dio contra la pared de la cámara. El monstruo
arremetió de nuevo, y su lengua bífida azotó un costado de Harry. Entonces
levantó la espada con ambas manos.
La tensión en el comedor era extrema.
El basilisco atacó de
nuevo, pero esta vez fue directo a Harry, que hincó la espada con todas sus
fuerzas, hundiéndola hasta la empuñadura en el velo del paladar de la serpiente.
-¡impresionante!-
exclamó Ojoloco admirado.
-Eso fue increíble-Charlie se veía impactado, al igual que
todos.
-¡Ese es mi cachorro!- Sirius festejó, mientras Remus
sonreía orgulloso.
Pero mientras la
cálida sangre le empapaba los brazos, sintió un agudo dolor encima del codo. Un colmillo largo y venenoso
se le estaba hundiendo más y más en el brazo, y se partió cuando el monstruo
volvió la cabeza a un lado y con un estremecimiento se desplomó en el suelo.
- veneno de basilisco- James palideció, pero Lily parecía
mas tranquila.
-Fawkes está con él.
-¿Qué tiene que ver un paj...? Oh, lagrimas de fénix-
susurró sorprendido.
Harry; apoyado en la
pared, se dejó resbalar hasta quedar sentado en el suelo. Agarró el colmillo envenenado y se lo arrancó.
-Auch.
Pero sabía que ya era
demasiado tarde. El veneno había penetrado. La herida le producía un dolor
candente que se le extendía lenta pero regularmente por todo el cuerpo. Al
extraer el colmillo y ver su propia sangre que le empapaba la túnica, se le
nubló la vista.
-Mi bebé- Lily lo miró con pena, haría cualquier cosa porque
su hijo no sufriera.
La cámara se disolvió
en un remolino de colores apagados. Una mancha roja pasó a su lado y Harry oyó
un ruido de garras.
—Fawkes —dijo con
dificultad—. Eres estupendo, Fawkes... —Sintió que el pájaro posaba su hermosa
cabeza en el brazo, donde la serpiente lo había herido.
-El pajarito te quiere- comentó Tonks con tristeza.
Oyó unos pasos que
resonaban en la cámara, y luego vio una negra sombra delante de él.
—Estás muerto, Harry
Potter —dijo sobre él la voz de Ryddle—. Muerto. Hasta el pájaro de Dumbledore
lo sabe. ¿Ves lo que hace, Potter? Está llorando.
-Ignorancia- murmuró Severus sin poder evitarlo. ¿Cómo era que el mismísimo señor tenebroso
cometiera tales errores por ignorante?
Harry parpadeó. Sólo
un instante vio con claridad la cabeza de Fawkes. Por las brillantes plumas le
corrían unas lágrimas gruesas como perlas.
—Me voy a sentar aquí
a esperar que mueras, Harry Potter. Tómate todo el tiempo que quieras. No tengo
prisa.
-Siempre subestimando a todo el mundo- murmuró Albus con
molestia.
Harry cayó en un
profundo sopor. Todo le daba vueltas.
—Éste es el fin del
famoso Harry Potter —dijo la voz distante de Ryddle—. Solo en la Cámara de los
Secretos,
-Yo estaba con él- corrigió Ginny enfurecida.
abandonado por sus
amigos,
-Yo estaba intentado llegar a él y Ginny- defendió Ron.
derrotado al fin por
el Señor Tenebroso al que él tan imprudentemente se enfrentó. Volverás con tu
querida madre sangre sucia, Harry...
-Sangre sucia y con orgullo- Lily alzó la cara con
arrogancia. Haciendo que a muchos se les escaparan sonrisas de admiración.
Ella compró con su
vida doce años de tiempo para ti...
-Si fuera mi elección, daría cientos de veces mi vida por la
tuya- le sonrió con ternura a su hijo.
pero al final te ha
vencido lord Voldemort. Sabías que
sucedería.
-La soberbia que tiene terminara por acabarlo- sentenció
Remus.
Si aquello era
morirse, pensó Harry, no era tan desagradable. Incluso el dolor se iba... Pero
¿de verdad era aquello la muerte? En lugar de oscurecerse, la cámara se volvía más clara.
-Fawkes te curo- exclamó Hermione sonriente.
Harry movió un poco la
cabeza, y allí estaba Fawkes, apoyándole todavía la suya en el brazo. Un
charquito de lágrimas brillaba en torno a la herida... Sólo que ya no había
herida.
-Maravilloso- suspiros de admiración recorrieron el Gran
Comedor.
—Márchate, pájaro
—dijo de pronto la voz de Ryddle—. Sepárate de él. ¡He dicho que te vayas!
Harry levantó la
cabeza. Ryddle apuntaba a Fawkes con la varita de Harry. Sonó como un disparo y
Fawkes emprendió el vuelo en un remolino de rojo y oro.
-¡No le hagas daño al pajarito!- grito Tonks con el cabello
encendido por la molestia.
—Lágrimas de fénix...
—dijo Ryddle en voz baja, contemplando el brazo de Harry—Naturalmente...
Poderes curativos..., me había olvidado.... —miró a Harry a la cara—. Pero
igual da. De hecho, lo prefiero así. Solos tú y yo, Harry Potter..., tú y yo...
Levantó la varita.
-Bastardo.
James fulminaba el libro con la mirada, como si así dañara a
Ryddle.
Entonces, con un batir de alas, Fawkes pasó de
nuevo por encima de sus cabezas y dejó caer algo en el regazo de Harry: el
diario.
-Esa ave es sorprendentemente brillante- exclamó Charlie
asombrado.
Lo miraron los dos
durante una fracción de segundo, Ryddle con la varita levantada. Luego, sin
pensar, sin meditar, como si todo aquel tiempo hubiera esperado para hacerlo,
Harry cogió el colmillo de basilisco del suelo y lo clavó en el cuaderno.
-Excelente- murmuró Albus. No llegaba a comprender que era
ese instinto impulsivo y sabio de Harry, pero si sabía algo: era muy poderoso.
Se oyó un grito
largo, horrible, desgarrado. La tinta salió a chorros del diario, vertiéndose
sobre las manos de Harry e inundando el suelo. Ryddle se retorcía, gritando, y
entonces... Desapareció.
-¿Solo así?
-¿Qué esperabas? Era un recuerdo en un diario, al destruir el diario, destruyes el
recuerdo.
Se oyó caer al suelo
la varita de Harry y luego se hizo el silencio, sólo roto por el goteo de la
tinta que aún manaba del diario. El veneno del basilisco había abierto un
agujero incandescente en el cuaderno.
Albus se tensó levemente, entonces aquello si era un
horrocrux.
Harry se levantó
temblando. La cabeza le daba vueltas, como si hubiera recorrido kilómetros con
los polvos flu. Recogió la varita y el sombrero y, de un fuerte tirón, extrajo
la brillante espada del paladar del basilisco.
-Acabas de casi ser asesinado y piensas en la espada- bufó
Ron.
Le llegó un débil
gemido del fondo de la cámara. Ginny se movía.
-¡Oh Merlín!- Molly suspiró aliviada como no lo estuvo en
todo el libro.
Mientras Harry corría
hacia ella,
Fred y George carraspearon divertidos.
La muchacha se sentó,
y sus ojos desconcertados pasaron del inmenso cuerpo del basilisco a Harry, con
la túnica empapada de sangre, y luego al cuaderno que éste llevaba en la mano.
Profirió un grito estremecido y se echó a llorar.
Algunas restos de lagrimas fueron secados por Harry de las
mejillas de la pelirroja.
-Ya paso todo- la dio un pequeño beso y ella se acurruco en
su pecho.
—Harry..., ah, Harry,
intenté decíroslo en el desayuno, pero delante de Percy no fui capaz. Era yo,
Harry, pero te juro que no quería... Ryddle me obligaba a hacerlo, se apoderó
de mí y... ¿cómo lo has matado? ¿Dónde está Ryddle? Lo último que recuerdo es
que salió del diario.
-Que trauma para la pobre niña- suspiró Minerva.
—Ha terminado todo
bien —dijo Harry, cogiendo el diario para enseñarle a Ginny el agujero hecho
por el colmillo—. Ryddle ya no existe. ¡Mira! Ni él ni el basilisco. Vamos,
Ginny, salgamos...
-Tan pequeñito y tan enamorado- se burló Fabian. Secundado
por Gideon, Fred y George.
-Basta ustedes, tarde hasta los dieciséis en darme cuenta.
-Y después de la guerra tardaste solo tres meses en casarte-
se quejó Ron.
-¡supéralo! ¡Ambos éramos mayores de edad!
-¡Oh dios!- Ginny miro mal a su hermano- Harry y yo somos
perfectos juntos ¿Por qué habríamos de esperar?
—¡Me van a expulsar!
—se lamentó Ginny, incorporándose torpemente con la ayuda de Harry— Siempre
quise estudiar en Hogwarts, desde que vino Bill, y ahora tendré que irme y..
¿qué pensarán mis padres?
-Pensaremos que fuiste una jovencita realmente valiente-
tranquilizó Arthur cariñosamente.
Fawkes los estaba
esperando, revoloteando en la entrada de la cámara. Harry apremió a Ginny.
Dejaron atrás el cuerpo retorcido e inanimado del basilisco, y a través de la
penumbra resonante regresaron al túnel. Harry oyó cerrarse las puertas tras
ellos con un suave silbido.
-Al fin, todo termino.
Tras unos minutos de
andar por el oscuro túnel, a los oídos de Harry llegó un distante ruido de
piedras.
—¡Ron! —gritó Harry,
apresurándose—. ¡Ginny está bien! ¡La traigo conmigo!
Oyó que Ron daba un
grito ahogado de alegría,
-Gracias Ron- Ginny le dirigió una mirada agradecida a su
hermano.
y al doblar la última curva vieron su cara
angustiada que asomaba por el agujero que había logrado abrir en el montón de
piedras.
—¡Ginny! —Ron sacó un
brazo por el agujero para ayudarla a pasar—. ¡Estás viva! ¡No me lo puedo
creer! ¿Qué ocurrió?
Intentó abrazarla,
pero Ginny se apartó, sollozando.
-Aprecio el cariño, ginevra.
-¡No me llames Ginevra, Bilius!
-¡No me llames Bilius, Ginevra!
-Me alegra saber el nivel de madurez de nuestros hijos-
suspiró Molly.
—Pero estás bien,
Ginny —dijo Ron, sonriéndole—. Todo ha pasado. ¿De dónde ha salido ese pájaro?
Fawkes había pasado
por el agujero después de Ginny.
-¿Cómo es posible que Ron no lo viera?- Harry se encogió de
hombros ante la pregunta de Marlenne.
—Es de Dumbledore
—dijo Harry, encogiéndose para pasar.
—¿Y cómo has
conseguido esa espada? —dijo Ron, mirando con la boca abierta el arma que
brillaba en la mano de Harry.
—Te lo explicaré
cuando salgamos —dijo Harry, mirando a Ginny de soslayo.
-Gracias, nunca podre agradecerte todo eso- susurró la
pelirroja.
-Lo hiciste, eligiéndome a mi para compartir tu vida y
también dándonos a nuestros hijos.
-Pero…
-Pero nada, yo te debo demasiado a ti.
—Pero...
—Más tarde —insistió
Harry. No creía que fuera buena idea decirle en aquel momento quién había
abierto la cámara, y menos delante de Ginny—. ¿Dónde está Lockhart?
-¿Sigue existiendo?- bufó Alice con aburrimiento.
—Volvió atrás —dijo
Ron, sonriendo y señalando con la cabeza hacia el principio del túnel—. No está
bien. Ya veréis.
Guiados por Fawkes,
cuyas alas rojas emitían en la oscuridad reflejos dorados, desanduvieron el
camino hasta la tubería. Gilderoy Lockhart estaba allí sentado, tarareando
plácidamente.
-Me alegra saber que lo pasa bien- ironizó Sirius.
—Ha perdido la
memoria —dijo Ron—. El embrujo desmemorizante le salió por la culata. Le dio a
él. No tiene ni idea de quién es, ni de dónde está, ni de quiénes somos. Le
dije que se quedara aquí y nos esperara. Es un peligro para sí mismo.
Nadie pudo contener la risa.
Lockhart los miró a
todos afablemente.
—Hola —dijo—. Qué
sitio tan curioso, ¿verdad? ¿Vivís aquí?
—No —respondió Ron,
mirando a Harry y arqueando las cejas. Harry se inclinó y miró la larga y
oscura tubería.
—¿Has pensado cómo
vamos a subir? —preguntó a Ron.
-¿El pajarito?- varios miraron sorprendidos a Tonks que se
encogió de hombros- él- señalo a Dumbledore- dijo que el pajarito era fuerte.
Ron negó con la
cabeza, pero Fawkes ya había pasado delante de Harry y se hallaba revoloteando
delante de él. Los ojos redondos del ave brillaban en la oscuridad mientras
agitaba sus alas doradas. Harry lo miró, dubitativo.
—Parece como si
quisiera que te cogieras a él... —dijo Ron, perplejo—. Pero pesas demasiado
para que un pájaro te suba.
-Ronnie, hasta una paloma desnutrida podría haber levantado
a Harry. Flaquito y chiquito como era.- se mofó Fred.
—Fawkes —aclaró
Harry— no es un pájaro normal—Se volvió inmediatamente a los otros—. Vamos a
darnos la mano. Ginny, coge la de Ron. Profesor Lockhart...
—Se refiere a usted
—aclaró Ron a Lockhart.
Sirius paró la lectura para soltar una risa perruna.
—Coja la otra mano de
Ginny.
Harry se metió la
espada y el Sombrero Seleccionador en el cinto. Ron se agarró a los bajos de la
túnica de Harry, y Harry, a las plumas de la cola de Fawkes, que resultaban
curiosamente cálidas al tacto.
-Que criatura hermosa- suspiró Mary.
Una extraordinaria
luminosidad pareció extenderse por todo el cuerpo del ave, y en un segundo se
encontraron subiendo por la tubería a toda velocidad. Harry podía oír a Lockhart
que decía:
—¡Asombroso,
asombroso! ¡Parece cosa de magia!
-Idiota.
El aire helado
azotaba el pelo de Harry, y cuando empezaba a disfrutar del paseo, el viaje por
la tubería terminó. Los cuatro fueron saltando al suelo mojado junto a Myrtle la
Llorona, y mientras Lockhart se arreglaba el sombrero, el lavabo que ocultaba
la tubería volvió a su lugar cerrando la abertura.
-Bien, todo está en orden- Lily sonrió tranquila.
Myrtle los miraba con
ojos desorbitados.
—Estás vivo —dijo a
Harry sin comprender.
—Pareces muy
decepcionada —respondió serio, limpiándose las motas de sangre y de barro que
tenía en las gafas.
—No, es que... había
estado pensando. Si hubieras muerto, aquí serías bienvenido. Te dejaría
compartir mi retrete —le dijo Myrtle, ruborizándose de color plata.
Las carcajadas inundaron el comedor.
-De…todos…los que se…podrían…haber…enamorado- Sirius poco
podía respirar de la risa.
—¡Uf! —dijo Ron,
cuando salieron de los aseos al corredor oscuro y desierto—¡Harry, creo que le
gustas a Myrtle! ¡Ginny, tienes una rival!
-Ey, nadie es rival para mí.
-No entiendo cómo te enamoraste de ella- bufó Ron con burla.
-Su humildad seguro no fue.
Pero por el rostro de
Ginny seguían resbalando unas lágrimas silenciosas.
—¿Adónde vamos?
—preguntó Ron, mirando a Ginny con impaciencia. Harry señaló hacia delante. Fawkes
iluminaba el camino por el corredor, con su destello de oro. Lo siguieron a grandes
zancadas, y en un instante se hallaron ante el despacho de la profesora McGonagall.
McGonagall asintió conforme.
Harry llamó y abrió
la puerta.
-Capitulo terminado- anunció Sirius- quedan pocas hojas, creo
que solo un capitulo.
-Yo leo el final- pidió Charlie.
-¿Listos?
una cosa es que subas pedasitos otra cosa es que lo hagas para dejarnos con toda la emocion eso es muy pocoloe lei como en tres minutos
ResponderEliminarYa lo se, el asunto es que había gente que pensaba que no estaba actualizando por eso abri la entrada. Voy a subir bastante mañana. Esa era la idea, no dejarlos con la emoción.
EliminarHola
ResponderEliminarMe gusto mucho lo poquitito que leí que fue como en menos se un minuto pero me gusto.
Saludos
Si, es que abrí la entrada, pero al otro día ya subi la actualización. Saludos:3
EliminarOuch es muy pocoo, porfa mas y rapido .e estoy comiendo mi unas.
ResponderEliminarGracias
Voy subiendo del cap, actualizo bastante seguido en comparación con otros que hacen de estos fics.
EliminarSi de nuevo porfa
ResponderEliminarCap terminado^^
EliminarAY NO PARES JUSTO AHIIIIIII
ResponderEliminarAnimo que ya casi lo terminas y empezas con el Gran Libro de Sirius!
Saludos
Cornamenta
¡SI! Por fin el prisionero de Azkaban, estoy demasiado ansiosa por llegar a ese libro:D Abrazos^^
Eliminar¡Me encanta tu historia! Por favor actualiza pronto, está muy interesante. ¡Ya tengo ganas de que empieces el Prisionero de Azkaban (es mi favorito XP)!
ResponderEliminarSaludos
¡Gracias! Si estoy actualizando lo mas seguido que puedo. ¡Yo también! Es mi favorito junto con la orden, ejem...Sirius..ejem.
Eliminarhola esta super porfis actualiza si que muero por seguir leyendo :) gracias
ResponderEliminarGracias ya pronto actualizo:3
Eliminarhola Por favor actualiza pronto que muero por seguir leyendo si plisssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss te lo suplico
ResponderEliminarHola, ya pronto actualizo. Saludos^^
EliminarNO PARES!
ResponderEliminarrealmente me encanta tu historia, no nos dejes con la emoción, es mejor que los subas enteros, pero ánimos, falta poco para la entrada triunfal de sirius
¡No pienso parar! Gracias, ya dentro de un rato actualizo el nuevo capitulo. Es un tema, o subo un capitulo entero y tardo mas o subo de a pedazos y actualizo seguido. Ya pronto se viene el sexy Canutin<3
Eliminarhay por favor segui me encanta
ResponderEliminarYa voy a actualizar:3
Eliminarsiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.... me ha gustado muchisimo esta parte que has subido, espero que pronto pongas mas :D
ResponderEliminarGraicas^^ Ya hoy actualizo el nuevo capi:3
EliminarPorqueeeeee haces eso yo nesecito mas porfa.
ResponderEliminarGracias
Cada actualizacion tiene mil quinientas palabras y actualizo todas las semanas (:
EliminarCool todo es genial, espero que actualizes pronto
ResponderEliminarGracias, ya ahora subo cap:3
EliminarHola! que bueno que no nos has olvidado... pero porfavor sigue... me estoy muriendo de la curiosidad por saber que pasará... espero desesperada el tercer libro... espero que los Weasley maten a Lucius por haberle dado el diario a Ginny... gracias por seguir... Alexz...
ResponderEliminar¡Nunca olvido a mis lectores! pero tengo muchas cosas que hacer y voy turnando los fics para actualizar todos. Yo también estoy ansiosa por el libro tres:3 Abrazos^^
EliminarHola me a encantado la actualizacion, saludos :D
ResponderEliminar¡Gracias! Abrazos:3
EliminarMe muero de curiosidad para saber de mass porfa actualize pronto
ResponderEliminarGracias
Ya hoy subo al nuevo capi:3
EliminarEstoy muriendo por la intriga!!! Porfavor, actualiza pronto...
ResponderEliminarYa hoy subo al nuevo cap *-*
EliminarDeberías de poner una linea donde lo dejas.. luego es un lío...
ResponderEliminarLo tomo en cuenta para el siguiente capi (:
Eliminarsube el otro porfa ya no aguanto la emocion nos dejas emocionados
ResponderEliminarYa hoy subo al capitulo nuevo (:
EliminarSi el final quiero mas porfa
ResponderEliminarYa subo la primer parte del siguiente cap (:
EliminarCool al fin el final, todo esta genial actualiza pronto porfasss.
ResponderEliminarYa empiezo el ultimo cap y despues viene el libro tres :D
EliminarHola!! Adoro la historia, ¡solo queda un capitulo y luego Harry Potter y el prisionero de Azkaban, que es mi favorito junto con las reliquias! Actualiza pronto, por favor.
ResponderEliminar¡Gracias! Si, ya empiezo el ultimo cap de este y después viene el libro tres que tambien es mi favorito:3 abrazos^^
EliminarHola todo lo que escribis es genial!!
ResponderEliminarse encuentran muy pocos fanfics buenos y dejame decirte que el tuyo esta increible, el mejor que e leido.
Espero que actualises pronto estoy muy anciosa.
Saludos :)
Como dije antes, te aplaudo por el magnifico fic
ResponderEliminarMe encanta el fic :)
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