miércoles, 14 de agosto de 2013

Harry Potter y la camara secreta- cap 13

Aclaracion: Bueno todos los personajes y los libros que leen pertenecen a la genialisima JK Rowling ¿ok? yo solo lo traspaso a un blog para que puedan leerlo de una manera diferente con las intervenciones de ciertos personajes pertenecientes a ella.
Espero Disfruten, son un poco largos, pero en cada actualizacion subo un capitulo entero.

Harry Potter y la cámara de los secretos.

Capitulo XIII: "El diario secretisimo"

-¿Quién leera este capitulo?- pregunto Albus con serenidad
-Yo- pidio Harry, le pasaron el libro- el capitulo se llama “El diario secretísimo”- sintio a Ginny estremecerse y acurrucarse en su pecho la rodeo con los brazos para poder sostener el libro y que Ginny pudiera acurrucarse contra el

Hermione pasó varias semanas en la enfermería.

Sirius solto una estruendosa carcajada ganándose que Hermione lo fulmine con la mirada

Corrieron rumores sobre su desaparición cuando el resto del colegio regresó a Hogwarts al final de las vacaciones de Navidad, porque naturalmente todos creyeron que la habían atacado.

-No la atacaron, se volvió una chica gato- dijo con simplicidad Sirius

Eran tantos los alumnos que se daban una vuelta por la enfermería  tratando de echarle la vista encima, que la señora Pomfrey quitó las cortinas de su propia cama y las puso en la de Hermione para ahorrarle la vergüenza de que la vieran con la cara peluda.

-¿Por qué tan arisca? Un poco mas y eres igual a la señora Norris- seguía Sirius
-¡SIRIUS BLACK OTRA PALABRA MAS SOBRE EL INCIDENTE Y TE ARRANCO LA LENGUA!- exploto Hermione haciendo que Sirius se asustara

Harry y Ron iban a visitarla todas las noches.

Hermione le sonrio a Harry mientras abrazaba a su marido

 Cuando comenzó el nuevo trimestre, le llevaban cada día los deberes.

-No entiendo porque no aprovechas, los únicos suficientemente estudiosos para hacer eso son tu, la pelirroja y Lunatico- dijo Sirius rodando los ojos- oh y Cornamenta, pero el lo hacia para impresionar a Lily asique no cuenta- añadió, James se sonrojo levemente y la pelirroja le sonrio con ternura

—Si a mí me hubieran salido bigotes de gato, aprovecharía para descansar —le dijo Ron una noche, dejando un montón de libros en la mesita que tenía Hermione junto a la cama.
—No seas tonto, Ron, tengo que mantenerme al día —replicó Hermione rotundamente.

-No logro entender como dos personas tan diferentes están juntas- comento Dorcas
-Solo hay que aprender a querer las diferencias- dijo con facilidad Hermione

Estaba de mucho mejor humor porque ya le había desaparecido el pelo de la cara, y los ojos,  poco a poco, recuperaban su habitual color marrón
— ¿Tenéis alguna pista nueva? —añadió en un susurro, para que la señora Pomfrey no pudiera  oírla.

-Nada- suspiro Remus con resignacion

—Nada —dijo Harry con tristeza.
—Estaba tan convencido de que era Malfoy... —dijo Ron por centésima vez.

-Pero no lo era- dijo Draco enfadado

—¿Qué es eso? —preguntó Harry, señalando algo dorado que sobresalía debajo de la almohada de Hermione.

Ron carraspeo con molestia y Harry largo una carcajada

—Nada, una tarjeta para desearme que me ponga bien—dijo Hermione a toda prisa, intentando esconderla, pero Ron fue más rápido que ella.

-Bien hecho hermanito - rio Charlie

La sacó, la abrió y leyó en voz alta:
A la señorita Granger deseándole que se recupere muy pronto, de su preocupado profesor Gilderoy Lockhart, Caballero de tercera clase de la Orden de Merlín, Miembro Honorario de la Liga para la Defensa Contra las Fuerzas Oscuras y cinco veces ganador del Premio a la Sonrisa más Encantadora, otorgado por la revista «Corazón de Bruja».

-Oh por dios, esto es lo que faltaba- Lily no sabia si  exasperarse o reírse- dura mas hablando de sus títulos que la tarjeta entera
-Es tan exageradamente egocéntrico- se quejo Alice con una mueca

Ron miró a Hermione con disgusto.

-Oh Ronnie se puso celosito- se burlo Fred haciendo sonrojar a Ron

—¿Duermes con esto debajo de la almohada?

Todos rieron escandalosamente haciendo sonrojar a Hermione

Pero Hermione no necesitó responder, porque la señora Pomfrey llegó con la medicina de la noche.
—¿A que Lockhart es el tío más pelota que has conocido en tu vida? —dijo  Ron a Harry al abandonar la enfermería y empezar a subir hacia la torre de Gryffindor.

-Creo que nunca conoci alguien tan egocéntrico como Lockhart- dijo Harry dándole la razón
-pero si hemos conocido personas mas desagradable y odiosas- agrego Ron pensando en Umbridge

 Snape les había mandado tantos deberes, que a Harry le parecía que no los terminaría antes de llegar al sexto curso.

-Exagerado- dijo Lily divertida

Precisamente Ron estaba diciendo que tenía que haber preguntado a Hermione cuántas colas de rata había que echar a una poción crecepelo,

-40- dijeron Lily y Hermione automáticamente

 cuando llegó hasta sus oídos un arranque de cólera que provenía del piso superior.
—Es Filch —susurró Harry, y subieron deprisa las escaleras y se detuvieron a escuchar donde no podía verlos.

-¿Por qué no me sorprende?- ironizo Seamus

—Espero que no hayan atacado a nadie más —dijo Ron, alarmado.

Todos palidecieron de repente

Se quedaron inmóviles, con la cabeza inclinada hacia la voz de Filch, que parecía completamente histérico.
—... aun más trabajo para mí. ¡Fregar toda la noche, como si no tuviera otra cosa que hacer! No, ésta es la gota que colma el vaso, me voy a ver a Dumbledore.

-Oh es solo eso- se relajo Frank ganándose una mirada fulminante de Filch

Sus pasos se fueron distanciando, y oyeron un portazo a lo lejos. Asomaron la cabeza por la esquina. Evidentemente, Filch había estado cubriendo su habitual puesto de vigía; se encontraban de nuevo en el punto en que habían atacado a la Señora Norris. Buscaron lo que había motivado los gritos de Filch.

-Convengamos que no se necesita mucho para hacer gritar a Filch- razono James rodando los ojos

Un charco grande de agua cubría la mitad del corredor, y parecía que continuaba saliendo agua de debajo de la puerta de los aseos de Myrtle la Llorona. Ahora que los gritos de Filch habían cesado, podían oír los  gemidos de Myrtle resonando a través de las paredes de los aseos.

-¿Qué pasa ahora?- pregunto Fabian exasperado por la fantasma

—¿Qué le pasará ahora? —preguntó Ron.
—Vamos a ver —propuso Harry, y levantándose la túnica por encima de los tobillos, se metieron en el charco chapoteando, llegaron a la puerta que exhibía el letrero de «No funciona» y, haciendo caso omiso de la advertencia, como de costumbre, entraron.

-La verdad que con el tiempo si se vuelve una costumbre- comento Remus ganándose una mirada sorprendida de McGonagall y una ceja alzada de Lily

Myrtle la Llorona estaba llorando, si cabía, con más ganas y más sonoramente que nunca. Parecía estar metida en su retrete habitual. Los aseos estaban a oscuras, porque las velas se habían apagado con la enorme cantidad de agua que había dejado el suelo y las paredes empapados.

-Me da mala espina- murmuro Arthur

—¿Qué pasa, Myrtle? —inquirió Harry.
—¿Quién es? —preguntó Myrtle, con tristeza, como haciendo gorgoritos— ¿Vienes a arrojarme alguna otra cosa?

Ginny palidecio

Harry fue hacia el retrete y le preguntó:
—¿Por qué tendría que hacerlo?
—No sé —gritó Myrtle, provocando al salir del retrete una nueva oleada de agua que cayó al suelo ya mojado— Aquí estoy, intentando sobrellevar mis propios problemas, y todavía hay quien piensa que es divertido arrojarme un libro...

-¿Un libro?- pregunto Alastor, le molestaba no poder entrelazar los hechos

—Pero si alguien te arroja algo, a ti no te puede doler —razonó Harry— Quiero decir, que simplemente te atravesará, ¿no?

-No debiste decirle eso cariño- le comento Lily a su hijo

Acababa de meter la pata. Myrtle se sintió ofendida y chilló:
—¡Vamos a arrojarle libros a Myrtle, que no puede sentirlo! ¡Diez puntos al que se lo cuele por el estómago! ¡Cincuenta puntos al que le traspase la cabeza! ¡Bien, ja, ja, ja! ¡Qué juego tan divertido, pues para mí no lo es!

-¡Ella es tan molesta! ¡Una vez cuando estaba con Em..Luc..Jul…mmm…bueno no recuerdo su nombre, pero se quedo mirando todo el rato!- se quejo Sirius
-Espera un segundo –lo paro Hermione- tenias a Myrtle mirándote ¿y seguiste?
-¡Claro que segui!- dijo como si fuera obvio- después de todo, no seria la primera vez que tengo sexo con alguien mirándome…aunque normalmente ese alguien también esta en la cama- Fred y George comenzaron a hacer reverencias exageradas
-¿Cómo es posible…?- Lily lo miro confundida
-No es difícil, mete-saca-mete-saca terminas y pasas a la siguient…-James se cayo al ver la mirada de la pelirroja- eso es lo que Canuto me ha contado- dijo rápidamente
-Si claro- “murmuro” Sirius divertido por lo pollerudo que resulto su amigo

—Pero ¿quién te lo arrojó? —le preguntó Harry.
—No lo sé... Estaba sentada en el sifón, pensando en la muerte, y me dio en la cabeza —dijo Myrtle, mirándoles—. Está ahí, empapado.

Ginny trago nerviosa
-tranquila- murmuro Harry procurando que nadie lo notara

Harry y Ron miraron debajo del lavabo, donde señalaba Myrtle. Había allí un libro pequeño y delgado. Tenía las tapas muy gastadas, de color negro, y estaba tan humedecido como el resto de las cosas que había en los lavabos.

Dumbledore escucho atenta y curiosamente, tal vez tuviera una acertada hipótesis de lo que sucedia

Harry se acercó para cogerlo, pero Ron lo detuvo con el brazo.

-¡Puede ser peligroso!- lo detuvo Remus

—¿Qué pasa? —preguntó Harry.
—¿Estás loco? —dijo Ron— Podría resultar peligroso.

-Que extraño que tu seas el del sentido común- comento Charlie- ya sabes, Harry es el impulsivo, Hermione tiene el sentido común y tu eres la intuición
-Tal vez intuí que era peligroso- corrigio Ron

—¿Peligroso? —dijo Harry, riendo—. Venga, ¿cómo va a resultar peligroso?

-Cualquier objeto puede resultar peligroso con el encantamiento adecuado- advirtió Flitwick

—Te sorprendería saber —dijo Ron, asustado, mirando el librito— que entre los libros que el Ministerio ha confiscado había uno que les quemó los ojos. Me lo ha dicho mi padre. Y todos los que han leído Sonetos del hechicero han hablado en cuartetos y tercetos el resto de su vida. ¡Y una bruja vieja de Bath tenía un libro que no se podía parar nunca de leer! Uno tenía que andar por todas partes con el libro delante, intentando hacer las cosas con una sola mano. Y...

Percy escucho sorprendido, nunca pensó que su hermano menor desde tan pequeño hubiese estado tan al pendiente de todo lo que sucedia…

—Vale, ya lo he entendido —dijo Harry. El librito seguía en el suelo, empapado y misterioso—.Bueno, pero si no le echamos un vistazo, no lo averiguaremos —dijo y, esquivando a Ron, lo recogió del suelo.

-Algo típico de un Potter, cuando algo se le mete en la cabeza…- suspiro Remus, ganándose una mirada ofendida de Harry y James

Harry vio al instante que se trataba de un diario, y la desvaída fecha de la cubierta le indicó que tenía cincuenta años de antigüedad.

“cincuenta años en ese entonces” rezono en la cabeza de Albus

Lo abrió intrigado.  En la primera página podía leerse, con tinta emborronada, «T.M. Ryddle»

Albus suspiro, cada vez sus suposiciones se volvían mas concisas sobre lo que era ese diario

—Espera —dijo Ron, que se había acercado con cuidado y miraba por encima del hombro de Harry—, ese nombre me suena... T.M. Ryddle ganó un premio hace cincuenta años por Servicios Especiales al Colegio.

Hagrid gruño pero el director lo miro de manera significativa

—¿Y cómo sabes eso? —preguntó Harry sorprendido.
—Lo sé porque Filch me hizo limpiar su placa unas cincuenta veces cuando nos castigaron —dijo Ron con resentimiento—. Precisamente fue encima de esta placa donde vomité una babosa. Si te hubieras pasado una hora limpiando un nombre, tú también te acordarías de él.

-Definitivamente- dijeron los bromistas- Nos ha pasado- concluyeron Fred y George

Harry separó las páginas humedecidas. Estaban en blanco. No había en ellas el más leve resto de escritura, ni siquiera «cumpleaños de tía Mabel» o «dentista, a las tres y media».

-¿Dentista?- pregunto Lucius confundido, pero nadie pareció escucharlo (o todos lo ignoraron)

—No llegó a escribir nada —dijo Harry, decepcionado.
—Me pregunto por qué querría alguien tirarlo al retrete —dijo Ron con curiosidad.

Ron miro con tristeza a su hermana

Harry volvió a mirar las tapas del cuaderno y vio impreso el nombre de un quiosco de la calle Vauxhall, en Londres.
—Debió de ser de familia muggle —dijo Harry, especulando—, ya que compró el diario en la calle Vauxhall...

“Bueno, mitad muggle” pensó Harry para si mismo

—Bueno, eso da igual —dijo Ron. Luego añadió en voz muy baja—Cincuenta puntos si lo pasas por la nariz de Myrtle.

Todos rieron
-Buena esa sobrino- rio Gideon

Harry, sin embargo, se lo guardó en el bolsillo.

-No me agrada eso- murmuro Lily

Hermione salió de la enfermería, sin bigotes, sin cola y sin pelaje, a comienzos  de febrero.

-Perfecto para San Valentin Ron- dijo Bill divertido
-¡Y se supone que serias el responsable!- se quejo su madre

 La primera noche que pasó en la torre de Gryffindor, Harry le enseñó el diario de T.M. Ryddle y le contó la manera en que lo habían encontrado
—¡Aaah, podría tener poderes ocultos! —dijo con entusiasmo Hermione, cogiendo el diario y mirándolo de cerca.

-Te haces la responsable pero eres igual de curiosa y rompe reglas que estos dos- dijo Dorcas divertida

—Si los tiene, los oculta muy bien —repuso Ron—. A lo mejor es tímido. No sé por qué lo guardas, Harry

Todos rieron

—Lo que me gustaría saber es por qué alguien intentó tirarlo —dijo Harry—  Y también me gustaría saber cómo consiguió Ryddle el Premio por Servicios Especiales.

Lily suspiro
-Si no tuvieras mis ojos, diría que alguien clono a James

—Por cualquier cosa —dijo Ron—. A lo mejor acumuló treinta matrículas de honor en Brujería o salvó a un profesor de los tentáculos de un calamar gigante. Quizás asesinó a Myrtle, y todo el mundo lo consideró un gran servicio...

-¡Ron!- dijo Molly  enojada- ¡Nunca bromees con la muerte de alguien!
-Pero fuera de eso, fue un gran chiste- felicito Charlie
-¡No lo alientes!- regaño Molly

Pero Harry estaba seguro, por la cara de interés que ponía Hermione, de que ella estaba pensando lo mismo que él.

-Si- corroboro la castaña

—¿Qué pasa? —dijo Ron, mirando a uno y a otro.
—Bueno, la Cámara de los Secretos se abrió hace cincuenta años, ¿no? —explicó Harry— Al menos, eso nos dijo Malfoy.
—Sí... —admitió Ron.
—Y este diario tiene cincuenta años —dijo Hermione, golpeándolo, emocionada, con el dedo.

Todo el gran comedor comprendió y abrió la boca asombrado

—¿Y?
—Venga, Ron, despierta ya —dijo Hermione bruscamente

-Esa no es la forma de hablarle a tu futuro esposo- “regaño” Ron por lo bajo
-Lo siento, es que a veces me exasperas- el sonrio levemente

— Sabemos que la persona que abrió la cámara la última vez fue expulsada hace cincuenta años. Sabemos que a T.M. Ryddle le dieron un premio hace cincuenta años por  Servicios Especiales al Colegio. Bueno, ¿y si a Ryddle le dieron el premio por atrapar al heredero de Slytherin? En su diario seguramente estará todo explicado: dónde está la cámara, cómo se abre y qué clase de criatura vive en  ella. La persona que haya cometido las agresiones en esta ocasión no querría que el diario anduviera por ahí, ¿no?

-Brillante- felicito Minerva
-es increíble que tuvieras doce- se sorprendió Dorcas

—Es una teoría brillante, Hermione —dijo Ron—, pero tiene un pequeño defecto: que no hay nada escrito en el diario.

-Tal vez si haya escrito algo- sugirió Bill

Pero Hermione sacó su varita mágica de la bolsa.
—¡Podría ser tinta invisible! —susurró.
Y dio tres golpecitos al cuaderno, diciendo:
—¡Aparecium!

Todos miraron expectantes el libro

Pero no ocurrió nada.

-Mierda- bufo Fabian
-¡Fabian Prewett cuida tu lenguaje!- regaño Molly, aunque estaba igual de decepcionada como su hermano de no tener ni una sola pista sobre la cámara

Impertérrita, volvió a meter la mano en la bolsa y sacó lo que parecía una goma de borrar de color rojo.
—Es un revelador, lo compré en el callejón Diagon —dijo ella.
Frotó con fuerza donde ponía «1 de enero». Siguió sin pasar nada.

-Es extraño, de verdad pense que ese diario tiene que ver con la cámara- dijo confundida Alice

—Ya te lo decía yo; no hay nada que encontrar aquí —dijo Ron—Simplemente, a Ryddle le regalaron un diario por Navidad, pero no se molestó  en rellenarlo.

-puede ser- suspiro resignado Seamus

Harry no podría haber explicado, ni siquiera a sí mismo, por qué no tiraba a la basura el diario de Ryddle. El caso es que aunque sabía que el diario estaba en blanco, pasaba las páginas atrás y adelante, concentrado en ellas, como si contaran una historia que quisiera acabar de leer. Y, aunque estaba seguro de no haber oído antes el nombre de T.M. Ryddle, le parecía que ese nombre le decía algo, como si se tratara de un amigo olvidado de la más remota infancia.

Harry se estremeció ante la terrible idea, al igual que los que sabían quien era Ryddle. Ginny estaba palida pero se mantenía firmemente abrazada al cuerpo del ojiverde

Pero era absurdo: no había tenido amigos antes de llegar a Hogwarts, Dudley se había encargado de eso.

Todos fruncieron el ceño, nadie mas que James y Lily

Sin embargo, Harry estaba determinado a averiguar algo más sobre Ryddle, así que al día siguiente, en el recreo, se dirigió a la sala de trofeos para examinar el premio especial de Ryddle, acompañado por una Hermione rebosante de interés y un Ron muy reticente, que les decía que había visto el premio lo suficiente para recordarlo toda la vida.

Ese ultimo comentario saco algunas risitas
-Me sigo impresionando de la curiosidad y perseverancia que tienen- comento Marlenne

La placa de oro bruñido de Ryddle estaba guardada en un armario esquinero. No decía nada de por qué se lo habían concedido.
—Menos mal —dijo Ron—, porque si lo dijera, la placa sería más grande, y  en el día de hoy aún no habría acabado de sacarle brillo.

Todos rieron
-Buena esa Ronnie- felicito George

Sin embargo, encontraron el nombre de Ryddle en una vieja Medalla al Mérito Mágico y en una lista de antiguos alumnos que habían recibido el Premio Anual.
—Me recuerda a Percy —dijo Ron, arrugando con disgusto la nariz—:prefecto, Premio Anual..., supongo que sería el primero de la clase.

-¿Qué tiene eso de malo?- preguntaron Percy, Lily y Remus ofendidos, Ron tartamudeo una respuesta y Harry siguió leyendo para salvar a su amigo

—Lo dices como si fuera algo vergonzoso —señaló Hermione, algo herida.
El sol había vuelto a brillar débilmente sobre Hogwarts. Dentro del castillo, la gente parecía más optimista. No había vuelto a haber ataques después del cometido contra Justin y Nick Casi Decapitado, y a la señora Pomfrey le encantó anunciar que las mandrágoras se estaban volviendo taciturnas y reservadas, lo que quería decir que rápidamente dejarían atrás la infancia.

-Bueno, una buena noticia al menos- suspiro Lily
-Me estoy aburriendo de no avanzar en nada- se quejo Sirius
-Imaginate como estábamos nosotros- comento Ron

Una tarde, Harry oyó que la señora Pomfrey decía a Filch amablemente:
—Cuando se les haya ido el acné, estarán listas para volver a ser trasplantadas. Y entonces, las cortaremos y las coceremos inmediatamente.

-La pubertad- gimio Dorcas con un escalofrio al igual que el resto de las mujeres

Dentro de poco tendrá a la Señora Norris con usted otra vez. Harry pensaba que tal vez el heredero de Slytherin se había acobardado.

-No creo que eso tenga mucho sentido- murmuro Percy

Cada vez debía de resultar más arriesgado abrir la Cámara de los Secretos, con el colegio tan alerta y todo el mundo tan receloso. Tal vez el monstruo, fuera lo que fuera, se disponía a hibernar durante otros cincuenta años.

-Supongo que podrías tener razón en la primer parte, con todo el colegio alerta…es propable que se volviera mas precavido- corroboro Remus

Ernie Macmillan, de Hufflepuff, no era tan optimista. Seguía convencido de que Harry era el culpable y que se había delatado en el club de duelo.

-Estupido- insulto Sirius molesto

Peeves  no era precisamente una ayuda, pues iba por los abarrotados corredores saltando y cantando: «¡Oh, Potter, eres un zote, estás podrido...!», pero ahora además interpretando un baile al ritmo de la canción.

-¿Cómo puedes vengarte de un poltergeist?- pregunto James
-Ya lo averiguaremos corni, ya lo haremos- respondió con vos macabra Sirius

Gilderoy Lockhart estaba convencido de que era él quien había puesto freno a los ataques.

Muchas risas ironicas y palabras con sarcasmo se escucharon a lo largo y ancho del comedor

Harry le oyó exponerlo así ante la profesora McGonagall  mientras los de Gryffindor marchaban en hilera hacia la clase de Transfiguración.
—No creo que volvamos a tener problemas, Minerva —dijo, guiñando un ojo y dándose golpecitos en la nariz con el dedo, con aire de experto

-Oh merlin, que abre hecho yo para merecer eso- suspiro Minerva
—Creo que esta vez la cámara ha quedado bien cerrada. Los culpables se han dado cuenta de que en cualquier momento yo podía pillarlos y han sido lo bastante sensatos para detenerse ahora, antes de que cayera sobre ellos... Lo que ahora necesita el colegio es una inyección de moral, ¡para barrer los recuerdos del trimestre anterior!

-Odio admitirlo, pero la idea no es mala…digo, después de tantos ataques un poco de diversión no vendría mal- secundo Lily haciendo fruncir el ceño de James

 No te digo nada más, pero creo que sé qué es exactamente lo que...De nuevo se tocó la nariz en prueba de su buen olfato y se alejó con paso decidido.

-¿realmente sabe algo sobre alguna cosa?- pregunto exasperada Tonks
-Aparentemente, lo único que sabe es su nombre y sus títulos- bufo Remus

La idea que tenía Lockhart de una inyección de moral se hizo patente  durante el desayuno del día 14 de febrero.

-Que no sea lo que pienso- rogo Fabian
-¿a que te refieres?- pregunto Molly
-¡Hermanita! ¡14 de febrero! ¡San valentin!-“explico” Gideon

Harry no había dormido mucho a causa del entrenamiento de quidditch de la noche anterior y llegó al Gran Comedor corriendo, algo retrasado. Pensó, por un momento, que se había equivocado de puerta.

Muchos rieron

Las paredes estaban cubiertas de flores grandes de un rosa chillón. Y, aún peor, del techo de color azul pálido caían confetis en forma de corazones.

-¿Qué?- pregunto atonito Frank

Harry se fue a la mesa de Gryffindor, en la que estaban Ron, con aire asqueado, y Hermione, que se reía tontamente.

Las reacciones de los chicos eran iguales a la de Ron y la de la mayoría de las chicas a la de Hermione

—¿Qué ocurre? —les preguntó Harry, sentándose y quitándose de encima  el confeti. Ron, que parecía estar demasiado enojado para hablar, señaló la mesa de los profesores. Lockhart, que llevaba una túnica de un vivo color rosa que combinaba con la decoración, reclamaba silencio con las manos.

-No tengo problemas con los gays…pero este tipo es excesivamente afeminado- se quejo Sirius, el resto de los hombres asintieron de acuerdo

Los profesores que tenía a ambos lados lo miraban estupefactos. Desde su asiento,  Harry pudo ver a la profesora McGonagall con un tic en la mejilla. Snape tenía el mismo aspecto que si se hubiera bebido un gran vaso de crecehuesos.

-No me sorprende- murmuro Severus, que tenia la misma cara de asco en este momento

—¡Feliz día de San Valentín! —gritó Lockhart—. ¡Y quiero también dar las gracias a las cuarenta y seis personas que me han enviado tarjetas! Sí, me he tomado la libertad de preparar esta pequeña sorpresa para todos vosotros... ¡y no acaba aquí la cosa!

-Oh merlin ¿ahora que?- pregunto Lily asqueada

Lockhart dio una palmada, y por la puerta del vestíbulo entraron una docena de enanos de aspecto hosco. Pero no enanos así, tal cual; Lockbart les había puesto alas doradas y además llevaban arpas.

-oh dios- muchos rompieron a reir y otros todavía no podían creer lo que pasaría en Hogwarts

—¡Mis amorosos cupidos portadores de tarjetas! —sonrió Lockhart—¡Durante todo el día de hoy recorrerán el colegio ofreciéndoos felicitaciones de San Valentín! ¡Y la diversión no acaba aquí! Estoy seguro de que mis colegas querrán compartir el espíritu de este día.

-No creo que sea exactamente lo que queremos- dijo Flitwick con el ceño fruncido

 ¿Por qué no pedís al profesor Snape que os enseñe a preparar un filtro amoroso?

Severus hizo una mueca de asco

 ¡Aunque el profesor Flitwick, el muy pícaro, sabe más sobre encantamientos de ese tipo que ningún otro mago que haya conocido!

El profesor se sonrojo furiosamente

El profesor Flitwick se tapó la cara con las manos. Snape parecía dispuesto a envenenar a la primera persona que se atreviera a pedirle un filtro amoroso.

-Probablemente lo haría- comento Lucius mirando con sorna a su amigo, aun no podía creer que Severus con su poca paciencia fuera profesor

—Por favor, Hermione, dime que no has sido una de las cuarenta y seis — le dijo Ron, cuando abandonaban el Gran Comedor para acudir a la primera clase. Pero a Hermione de repente le entró la urgencia de buscar el horario en la bolsa, y no respondió.

-¡No es posible!- se burlo Charlie
-Oh profesor lockhart- canturrearon Fred y George
-cuñada has bajado varios puntos conmigo- agrego Bill, incluso Percy parecia divertido
-¡Basta! ¡Era pequeña y yo creía que era un héroe!- a nadie se le paso por alto el “creía que” pero ninguna persona comento nada

Los enanos se pasaron el día interrumpiendo las clases para repartir tarjetas, ante la irritación de los profesores, y al final de la tarde, cuando los de Gryffindor subían hacia el aula de Encantamientos, uno de ellos alcanzó a Harry.

Ginny y Harry comenzaron a reírse de manera escandalosa
-Eso fue tan vergonzoso- rio Harry
-Y muy patético- continuo Ginny
-Espera un segundo- corto Bill- ¿tu le mandaste una tarjeta a el?  ¿a los once? ¡Eras una bebe!
-No fue una tarjeta exactamente- corrigio ella divertida
-fueron rimas…cantadas…por un enano…vestido de Cupido- Lily rompió a reir
-Es algo que James hubiese hecho por mi- ahora todos los que conocían las cosas que el merodeador había hecho comenzaron a reir

—¡Eh, tú! ¡Harry Potter! —gritó un enano de aspecto particularmente malhumorado, abriéndose camino a codazos para llegar a donde estaba Harry.

-¡Nuesto cachorro! ¡Todo un galan!- se burlaba Sirius que lloraba de la risa

Ruborizándose al pensar que le iba a ofrecer una felicitación de San Valentín delante de una fila de alumnos de primero, entre los cuales estaba Ginny Weasley, Harry intentó escabullirse.

-¡nunca nos contaste de eso!- rio Hermione

El enano, sin embargo, se abrió camino a base de patadas en las espinillas y lo alcanzó antes de que diera dos pasos.

-Practicamente te tacleo- comento Seamus

—Tengo un mensaje musical para entregar a Harry Potter en persona —dijo, rasgando el arpa de manera pavorosa.
—¡Aquí no! —dijo Harry enfadado, tratando de escapar.
—¡Párate! —gruñó el enano, aferrando a Harry por la bolsa para detenerlo.
—¡Suéltame! —gritó Harry, tirando fuerte.
Tanto tiraron que la bolsa se partió en dos. Los libros, la varita mágica, el pergamino y la pluma se desparramaron por el suelo, y la botellita de tinta se rompió encima de todas las demás cosas. Harry intentó recogerlo todo antes de que el enano comenzara a cantar ocasionando un atasco en el corredor.

-Oh dios, se pone cada vez mejor- comento Fabian, todos en el comedor estaban sonrojados por la risa

—¿Qué pasa ahí? —Era la voz fría de Draco Malfoy, que hablaba arrastrando las palabras. Harry intentó febrilmente meterlo todo en la bolsa rota, desesperado por alejarse antes de que Malfoy pudiera oír su felicitación musical de San Valentín.

-Se lo que se siente- bufo Lily, James la miro herido- quiero decir, era muy tierno…pero en ocasiones es vergonzoso- aclaro

—¿Por qué toda esta conmoción? —dijo otra voz familiar, la de Percy Weasley, que se acercaba. A la desesperada, Harry intentó escapar corriendo, pero el enano se le echó a las rodillas y lo derribó.

-¿el enano te derribo? ¡Eso es digno de verlo!- incluso Narcissa, Lucius y Severus hacían esfuerzos por no reir

—Bien —dijo, sentándose sobre los tobillos de Harry—, ésta es tu canción de San Valentín:

-Espera, Espera- corto Ginny- dejame leerla- pidio divertida
-Como ordenes- rio el elegido, ella se acomodo para ver el libro y respiro para calmar su risa

Tiene los ojos verdes como un sapo en escabeche

Harry y Lily rieron

y el pelo negro como una pizarra cuando anochece.

Fue el turno de James de reir y revolverse el pelo

Quisiera que fuera mío, porque es glorioso,
-¿Glorioso?- se burlo George

el héroe que venció al Señor Tenebroso.

Todos aplaudieron y rieron a mas no poder, incluso los profesores miraban divertidos a la parejita
-¡Que ternura!- suspiro Alice
-¡Tan pequeña y ya estaba enamorada!- secundo Andromeda
-Que dulce- suspiro Dorcas

Harry habría dado todo el oro de Gringotts por desvanecerse en aquel momento. Intentando reírse con todos los demás, se levantó, con los pies entumecidos por el peso del enano, mientras Percy Weasley hacía lo que podía para dispersar al montón de chavales, algunos de los cuales estaban llorando de risa.

-Lo siento- dijo Ginny con una carita de cachorrito mojado que prácticamente derritió al ojiverde
-Fue muy tierno- intento convencerla
-Se que no lo fue, me arrepentí mucho cuando vi como te avergonzaste- el la beso
-estamos casados ahora, ¿te parece mal ser la primer persona que le mando un regalo de San Valentin a su marido?- ella sonrio anchamente, Ron tenia el ceño fruncido…se había perdido de muchas cosas de Harry y su hermana.

—¡Fuera de aquí, fuera! La campana ha sonado hace cinco minutos, a clase todos ahora mismo decía, empujando a algunos de los más pequeños

Molly hizo una mueca

—Tú también, Malfoy.

Harry vio que Malfoy se agachaba y cogía algo, y con una mirada burlona se lo enseñaba a Crabbe y Goyle. Harry comprendió que lo que había recogido era el diario de Ryddle.

-Eso servirá para problemas- bufo Narcissa

—¡Devuélveme eso! —le dijo Harry en voz baja.
—¿Qué habrá escrito aquí Potter? —dijo Malfoy, que obviamente no había visto la fecha en la cubierta y pensaba que era el diario del propio Harry. Los espectadores se quedaron en silencio. Ginny miraba alternativamente a Harry y al diario, aterrorizada.

Todos miraron a Ginny de manera confundida o curiosa
-¿Ginny…?- pregunto Molly asustada
-Sigue leyendo por favor- le pidio la pelirroja a su novio

—Devuélvelo, Malfoy —dijo Percy con severidad.
—Cuando le haya echado un vistazo —dijo Malfoy, burlándose de Harry.
Percy dijo:
—Como prefecto del colegio...

-Terminaran peleando- se quejo Lily

Pero Harry estaba fuera de sus casillas. Sacó su varita mágica y gritó:
—¡Expelliarmus!

-¿Qué tu que?- pregunto Sirius sorprendido
-¡eso es increíble!- felicito Remus sorprendido
-Magia muy avanzada- dijo Minerva atónita
Albus sonrio orgulloso, Harry definitivamente seria un mago muy poderoso

Y tal como Snape había desarmado a Lockhart, así Malfoy vio que el diario se le escapaba a Malfoy de las manos y salía volando. Ron, sonriendo, lo atrapó.

-¡Bien! ¡Ese es mi cachorro!- gritaron James y Sirius
-Muy bien chicos- felicito Arthur

—¡Harry! —dijo Percy en voz alta— No se puede hacer magia en los pasillos. ¡Tendré que informar de esto!

-¡Oh por dios Percy! ¡Podrias mostrarle un poco de apoyo a tu hermano!- regaño Fabian, Percy bajo la cabeza

Pero Harry no se preocupó. Le había ganado una a Malfoy, y eso bien valía cinco puntos de Gryffindor.

-Por supuesto- secundo Dorcas

 Malfoy estaba furioso, y cuando Ginny pasó por su lado para entrar en el aula, le gritó despechado:
—¡Me parece que a Potter no le gustó mucho tu felicitación de San Valentín!

-Si me gusto- se apuro a decir Harry a su novia
-Harry, eres un domesticado- se burlo Ron
-Ja, Ja domesticado por tu hermana- retruco haciendo que los merodeadores rieran y el pelirrojo
(junto con sus hermanos) fruncieran el ceño

Ginny se tapó la cara con las manos y entró en clase corriendo.

Harry beso el hombro de su chica

Dando un gruñido, Ron sacó también su varita mágica, pero Harry se la quitó de un tirón. Ron no tenía necesidad de pasarse la clase de Encantamientos vomitando babosas.

-Bien pensado- secundo Hermione

Harry no se dio cuenta de que algo raro había ocurrido en el diario de Ryddle hasta que llegaron a la clase del profesor Flitwick.

Muchos fruncieron el ceño, el diario dama mala espina

Todos los demás libros estaban empapados de tinta roja. El diario, sin embargo, estaba tan limpio como antes de que la botellita de tinta se hubiera roto.

- esto es extraño, y me da un mal presentimiento- dijo preocupada Lily

Intentó hacérselo ver a Ron, pero éste volvía a tener problemas con su varita mágica: de la punta salían pompas de color púrpura, y él no prestaba atención a nada más.

-tipico- bufo Fred

Aquella noche, Harry fue el primero de su dormitorio en irse a dormir.

-Cosa que es extraño- comento Seamus

En parte fue porque no creía poder soportar a Fred y George cantando: «Tiene los ojos verdes como un sapo en escabeche» una vez más,

-Nuestros ojos son lindos- dijo Lily con un pucherito
-son perfectos- suspiraron James y Ginny

y en parte, porque quería examinar de nuevo el diario de Ryddle, y sabía que Ron opinaba que eso era una pérdida de tiempo.

-Lo siento colega- se disculpo Ron

Se sentó en la cama y hojeó las páginas en blanco; ninguna tenía la más ligera mancha de tinta roja. Luego sacó una nueva botellita de tinta del cajón dela mesita, mojó en ella su pluma y dejó caer una gota en la primera página del diario.

Todos prestaron atencion

La tinta brilló intensamente sobre el papel durante un segundo y luego, como si la hubieran absorbido desde el interior de la página, se desvaneció.

-¿soy el único que piensa que esto es terriblemente raro?- pregunto Gideon con una mueca

Emocionado, Harry mojó de nuevo la pluma y escribió: «Mi nombre es Harry Potter.»

-Esto no es bueno- dijo Lily preocupada

Las palabras brillaron un instante en la página y desaparecieron también sin dejar huella. Entonces ocurrió algo.  Rezumando de la página, en la misma tinta que había utilizado él, aparecieron unas palabras que Harry no había escrito:

-¿Qué?- pregunto Sirius- deja ese diario, esto se esta poniendo muy tétrico
Ginny se estremeció aterrada

 «Hola, Harry Potter. Mi nombre es Tom Ryddle. ¿Cómo ha llegado a tus manos mi diario?»

Un silencio se extendió por todo el gran comedor antes de que las preguntas del “como” y “porque” aparecieran por todas las mesas, incluso los pocos Slytherin estaban realmente aturdidos

Estas palabras también se desvanecieron, pero no antes de que Harry comenzara de nuevo a escribir:
«Alguien intentó tirarlo por el retrete.»

-Nunca te confies de cosas como esa Harry- Lily estaba palida, pero no tanto como Ginny que parecía al borde de desmayarse

Aguardó con impaciencia la respuesta de Ryddle.
«Menos mal que registré mis memorias en algo más duradero que la tinta. Siempre supe que habría gente que no querría que mi diario fuera leído.»

Albus miro preocupado, esperando que Harry no cayera en las redes de Voldemort

«¿Qué quieres decir?», escribió Harry, emborronando la página debido a los nervios.
«Quiero decir que este diario da fe de cosas horribles; cosas que fueron ocultadas; cosas que sucedieron en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.»

-La cámara de los secretos- murmuro Remus
-¡Deja ese diario! ¡Debiste haberlo entregado a Dumbledore desde que notaste que las cosas iban mal!- James estaba lo suficientemente preocupado como para ignorar su lado merodeador y regañar a su hijo

«Es donde estoy yo ahora», escribió Harry apresuradamente. «Estoy en Hogwarts, y también suceden cosas horribles. ¿Sabes algo sobre la Cámara de  los Secretos?»

Aunque todos creían que Harry debía dejar ese diario, nadie podía evitar sentir curiosidad por las respuestas que podrían conseguir

El corazón le latía violentamente. La réplica de Ryddle no se hizo esperar, pero la letra se volvió menos clara, como si tuviera prisa por consignar todo cuanto sabía.

Todos se tensaron  expectantes

«¡Por supuesto que sé algo sobre la Cámara de los Secretos! En mi época, nos decían que era sólo una leyenda, que no existía realmente. Pero no era cierto. Cuando yo estaba en quinto, la cámara se abrió y el monstruo atacó a varios estudiantes y mató a uno.

-Oh por merlin- Lily se llevo la mano al pecho agitada, los mas pequeños se miraban aterrados, algunas niñas lloraban (Entre ellas Tonks que se abrazo a Remus) y la mayoría se limito a estremecerse y esperar mas pistas sobre el asesinato

Yo atrapé a la persona que había abierto la cámara, y lo expulsaron. Pero el director, el profesor Dippet, avergonzado de que hubiera sucedido tal cosa en Hogwarts, me prohibió decir la verdad.

Albus frunció el ceño, el había intentado de convencer a Dippet de que lo mejor que podía hacer era decir la verdad

Inventaron la historia de que la muchacha había muerto en un espantoso accidente. A mí me entregaron por mi actuación un trofeo muy bonito y muy brillante, con unas palabras grabadas, y me recomendaron que mantuviera la boca cerrada. Pero yo sabía que podía volver a ocurrir. El monstruo sobrevivió, y el que pudo liberarlo no fue encarcelado.»

Hagrid se tenso notoriamente, esto seria muy difícil para el…

En su precipitación por escribir, Harry casi vuelca la botellita de la tinta.
«Ha vuelto a suceder. Ha habido tres ataques y nadie parece saber quién está detrás. ¿Quién fue en aquella ocasión?»

-No confies en esa cosa- gruño James

«Te lo puedo mostrar, si quieres», contestó Ryddle. «No necesitas leer mis  palabras. Podrás ver dentro de mi memoria lo que ocurrió la noche en que lo capturé.»

-Esto esta muy mal ¡James haz algo!- rogo Lily
-¿Qué quieres que haga? ¡Es un maldito libro!- gruño molesto
-Ey, estoy aquí…- los tranquilizo Harry- nada malo paso- eso también iba para Ginny que cada vez estaba peor

Harry dudó, y la pluma se detuvo encima del diario. ¿Qué quería decir Ryddle? ¿Cómo podía alguien introducirse en la memoria de otro? Miró asustado la puerta del dormitorio; iba oscureciendo. Cuando retornó la vista al diario, vio que aparecían unas palabras nuevas:

Remus se pellizco el puente de la nariz de manera nerviosa, cuando noto a la pequeña pelirrosa aferrada a su brazo y intento relajarse

«Deja que te lo enseñe.»
Harry meditó durante una fracción de segundo, y luego escribió una sola palabra:
«Vale»

-¡No!- dijo Sirius molesto- ¿Es que no tienes sentido común? ¡no puedes ponerte en peligro! ¿te parece sensato hacer esas cosas? ¡NO ES LO MISMO EXPLOTAR UN CALDERO O PONER UNAS BOMBAS FETIDAS QUE METERSE CON COSAS MALDITAS!-todos se quedaron completamente quietos al escuchar a Sirius-Rompereglas-Black regañar de esa manera a su ahijado
-Lo siento Sirius- murmuro Harry como si realmente fuera el niño del libro, Lily  se acerco a James y le susurro
-Creo que no pudimos haber elegido mejor padrino

Las páginas del diario comenzaron a pasar, como si estuviera soplando un fuerte viento, y se detuvieron a mediados del mes de junio. Con la boca abierta, Harry vio que el pequeño cuadrado asignado al día 13 de junio se convertía en algo parecido a una minúscula pantalla de televisión.

-¿tevelision?- pregunto Lucius confundido
-Television- corrigio Hermione para desagrado del sangre pura- es ese cuadrado donde los muggles ven las noticias, películas y otros programas

 Las manos le temblaban ligeramente. Levantó el cuaderno para acercar uno de sus ojos a la ventanita, y antes de que comprendiera lo que sucedía, se estaba inclinando hacia delante. La ventana se ensanchaba, y sintió que su cuerpo dejaba la cama y era absorbido por la abertura de la página en un remolino de colores y sombras.

-Albus esto es magia muy poderosa- dijo Minerva preocupada
-Minerva tengo muchas hipótesis y cada una tan probable como la anterior- respondió sencillamente sin dejar de prestar atención a la lectura

Notó que pisaba tierra firme y se quedó temblando, mientras las formas borrosas que lo rodeaban se iban definiendo rápidamente.

Todos se tensaron

Enseguida se dio cuenta de dónde estaba. Aquella sala circular con los retratos de gente dormida era el despacho de Dumbledore, pero no era Dumbledore quien estaba sentado detrás del escritorio.

-Dippet-murmuro Albus

 Un mago de aspecto delicado, con muchas arrugas y calvo, excepto por algunos pelos blancos, leía una carta a la luz de una vela. Harry no había visto nunca a aquel hombre.

-Ni siquiera nosotros lo conocimos- comento Fabian- y somos bastante mayores que Harry y los demas

—Lo siento —dijo con voz trémula—. No quería molestarle...
Pero el mago no levantó la vista. Siguió leyendo, frunciendo el entrecejo levemente. Harry se acercó más al escritorio y balbució:
—¿Me-me voy?

-El no puede escucharte- dijo Alice

El mago siguió sin prestarle atención. Ni siquiera parecía que le hubiera oído. Pensando que tal vez estuviera sordo, Harry levantó la voz.
—Lamento molestarle, me iré ahora mismo —dijo casi a gritos.

-¿Qué es lo que quiere que veas?- pregunto James confundido

Con un suspiro, el mago dobló la carta, se levantó, pasó por delante de Harry sin mirarlo y fue hasta la ventana a descorrer las cortinas. El cielo, al otro lado de la ventana, estaba de un color rojo rubí; parecía el atardecer.

-¿Pero no era de noche?- pregunto Tonks
-Esta en la memoria de Ryddle- explico Remus

 El mago volvió al escritorio, se sentó y, mirando a la puerta, se puso  a juguetear con los pulgares. Harry contempló el despacho. No estaba Fawkes, el fénix, ni los artilugios metálicos que hacían ruiditos.

Sirius puso cara de cachorro, adoraba la oficina de Dumbledore.

Aquello era Hogwarts tal como debía ser en los tiempos de Ryddle, y aquel mago desconocido tenía que ser el director de entonces, no Dumbledore, y él, Harry, era una especie de fantasma, completamente invisible para la gente de hacía cincuenta años.

-Por fin lo comprendiste- suspiro Lily, al menos, siendo una memoria no podía sufrir daños

Llamaron a la puerta.
—Entre —dijo el viejo mago con una voz débil.
Un muchacho de unos dieciséis años entró quitándose el sombrero puntiagudo. En el pecho le brillaba una insignia plateada de prefecto. Era mucho más alto que Harry

-Bueno, no es que ser mas alto que Harry sea un gran merito- bromeo Fred intentando quitar un poco de tensión

pero tenía, como él, el pelo de un negro azabache.
—Ah, Ryddle —dijo el director.
—¿Quería verme, profesor Dippet? —preguntó Ryddle. Parecía azorado.

Ojoloco alzo una ceja

—Siéntese —indicó Dippet— Acabo de leer la carta que me envió.
—¡Ah! —exclamó Ryddle, y se sentó, cogiéndose las manos fuertemente.
—Muchacho —dijo Dippet con aire bondadoso—, me temo que no puedo permitirle quedarse en el colegio durante el verano. Supongo que querrá ir a casa para pasar las vacaciones...
—No —respondió Ryddle enseguida—, preferiría quedarme en Hogwarts a regresar a ese..., a ese...

Severus, Sirius y Harry se sintieron sumamente identificados con Ryddle

—Según creo, pasa las vacaciones en un orfanato muggle, ¿verdad? —preguntó Dippet con curiosidad.
—Sí, señor —respondió Ryddle, ruborizándose ligeramente.

Muchos sintieron pena por el chico

—¿Es usted de familia muggle?
—A medias, señor —respondió Ryddle—. De padre muggle y de madre bruja.

-Mestizo- comento Dorcas

—¿Y tanto uno como otro están...?
—Mi madre murió nada más nacer yo, señor. En el orfanato me dijeron que había vivido sólo lo suficiente para ponerme nombre: Tom por mi padre, y Sorvolo por mi abuelo.

-pobrecillo- suspiro Molly
-si supiera- susurro Ron, pero solo Hermione llego a oirlo

Dippet chasqueó la lengua en señal de compasión.
—La cuestión es, Tom —suspiró—, que se podría haber hecho con usted una excepción, pero en las actuales circunstancias...
—¿Se refiere a los ataques, señor? —dijo Ryddle, y a Harry el corazón le dio un brinco. Se acercó, porque no quería perderse ni una sílaba de lo que allí  se dijera.

En el comedor no volaba ni una mosca, todos estaban ansiosos por (al fin) descubrir algo de la dichosa camara

—Exactamente —dijo el director—. Muchacho, tiene que darse cuenta de lo irresponsable que sería que yo le permitiera quedarse en el castillo al término del trimestre. Especialmente después de la tragedia..., la muerte de esa pobre muchacha... Usted estará muchísimo más seguro en el orfanato. De hecho, el Ministerio de Magia se está planteando cerrar el colegio. No creo que vayamos a poder localizar al..., descubrir el origen de todos estos sucesos tan desagradables...

Todos pusieron caras de horror, cerrar Hogwarts era algo inimaginable para cualquiera

Ryddle abrió más los ojos.
—Señor, si esa persona fuera capturada... Si todo terminara...

Ojoloco comprendió lo que ese chico se traia entre manos

—¿Qué quiere decir? —preguntó Dippet, soltando un gallo. Se incorporó en el asiento—¿Ryddle, sabe usted algo sobre esas agresiones?
—No, señor —respondió Ryddle con presteza. Pero Harry estaba seguro de que aquel «no» era del mismo tipo que el que él mismo había dado a Dumbledore.

Albus suspiro, había muchas similitudes entre Tom y Harry, demasiadas.

Dippet volvió a hundirse en el asiento, ligeramente decepcionado.
—Puede irse, Tom.
Ryddle se levantó del asiento y salió de la habitación pisando fuerte. Harry  fue tras él. Bajaron por la escalera de caracol que se movía sola, y salieron al corredor, que ya iba quedando en penumbra, junto a la gárgola.

-¿Por qué Harry sigue ahí?- pregunto Lily preocupada

 Ryddle se detuvo y Harry hizo lo mismo, mirándolo. Le pareció que Ryddle estaba concentrado: se mordía los labios y tenía la frente fruncida. Luego, como si hubiera tomado una decisión repentina, salió precipitadamente, y Harry lo siguió en silencio.

-Quiero que Harry salga de ahí- dijo James nervioso, Ginny temblaba notoriamente

No vieron a nadie hasta llegar al vestíbulo, cuando un mago de gran estatura, con el cabello largo y ondulado de color castaño rojizo y con barba, llamó a Ryddle desde la escalera de mármol.

Hagrid cerro los puños con fuerza hasta que los nudillos se le pusieron blancos

—¿Qué hace paseando por aquí tan tarde, Tom?
Harry miró sorprendido al mago. No era otro que Dumbledore, con cincuenta años menos.

-Wow- murmuro Sirius

—Tenía que ver al director, señor —respondió Ryddle.
—Bien, pues váyase enseguida a la cama —le dijo Dumbledore, dirigiéndole a Ryddle la misma mirada penetrante que Harry conocía tan bien— Es mejor no andar por los pasillos durante estos días, desde que...

-Que mataron a la niña- completo Dorcas con una mueca de tristeza

Suspiró hondo, dio las buenas noches a Ryddle y se marchó con paso decidido. Ryddle esperó que se fuera y a continuación, con rapidez, tomó el camino de las escaleras de piedra que bajaban a las mazmorras, seguido por Harry.

-¿Qué creen que va a suceder? ¿Por qué Harry sigue ahí?- pregunto Marlenne desconcertada

Pero, para su decepción, Ryddle no lo condujo a un pasadizo oculto ni a un  túnel secreto, sino a la misma mazmorra en que Snape les daba clase.

Todos estaban muy confundidos

Como las antorchas no estaban encendidas y Ryddle había cerrado casi completamente la  puerta, lo único que Harry veía era a Ryddle, que, inmóvil tras la puerta, vigilaba el corredor que había al otro lado. A Harry le pareció que permanecían allí al menos una hora.

-¿tanto tiempo?- pregunto Seamus
-El tiempo puede distorsionarse en una memoria- comento Hermione

Seguía viendo únicamente la figura de Ryddle en la puerta, mirando por la rendija, aguardando inmóvil. Y cuando Harry dejó de sentirse expectante y tenso, yempezaron a entrarle ganas de volver al presente, oyó que se movía alga al otro lado de la puerta.

-¿Quién?- pregunto Molly nerviosa

 Alguien caminaba por el corredor sigilosamente. Quienquiera que fuese, pasó ante la mazmorra en la que estaban ocultos él y Ryddle. Éste, silencioso  como una sombra, cruzó la puerta y lo siguió, con Harry detrás, que se ponía  de puntillas, sin recordar que no le podían oír.

Severus rodo los ojos, “estúpido como el padre”

 Persiguieron los pasos del desconocido durante unos cinco minutos, cuando de improviso  Ryddle se detuvo, inclinando la cabeza hacia el lugar del que provenían unos ruidos. Harry oyó el chirrido de una puerta y luego a alguien que hablaba en un ronco susurro.
—Vamos..., te voy a sacar de aquí ahora..., a la caja...

Albus dio una rápida mirada a Hagrid que estaba muy tenso

Algo le resultaba conocido en aquella voz. De repente, Ryddle dobló la esquina de un salto. Harry lo siguió y pudo ver la silueta de un muchacho alto como un gigante que estaba en cuclillas delante  de una puerta abierta, junto a una caja muy grande.
—Hola, Rubeus —dijo Ryddle con voz seria.

-¿Hagrid?- preguntaron muchos sorprendidos

El muchacho cerró la puerta de golpe y se levantó.
—¿Qué haces aquí, Tom?
Ryddle se le acercó.
—Todo ha terminado —dijo—. Voy a tener que entregarte, Rubeus. Dicen  que cerrarán Hogwarts si los ataques no cesan.

-¡Los ataques no fueron mi culpa!- grito Hagrid quien estaba palido bajo el pelo

—¿Que vas a...?
—No creo que quisieras matar a nadie. Pero los monstruos no son buenas mascotas. Me imagino que lo dejaste salir para que le diera el aire y...
—¡No ha matado a nadie! —interrumpió el muchachote, retrocediendo contra la puerta cerrada. Harry oía unos curiosos chasquidos y crujidos procedentes del otro lado de la puerta.

-No entiendo nada de lo que esta ocurriendo- dijo Tonks
-No eres la única- respondió Andromeda, las caras de confuncion se repartían por todo el comedor

—Vamos, Rubeus —dijo Ryddle, acercándose aún más—. Los padres de la chica muerta llegarán mañana. Lo menos que puede hacer Hogwarts es asegurarse de que lo que mató a su hija sea sacrificado...
—¡No fue él! —gritó el muchacho. Su voz resonaba en el oscuro corredor—. ¡No sería capaz! ¡Nunca!

-¡Y lo sigo manteniendo!- dijo Hagrid seriamente

—Hazte a un lado —dijo Ryddle, sacando su varita mágica. Su conjuro iluminó el corredor con un resplandor repentino. La puerta que había detrás del muchacho se abrió con tal fuerza que golpeó contra el muro que había enfrente. Por el hueco salió algo que hizo a Harry proferir un grito que nadie sino él pudo oír.

Ron se estremeció notoriamente

Un cuerpo grande, peludo, casi a ras de suelo, y una maraña de patas negras, varios ojos resplandecientes y unas pinzas afiladas como navajas...

Las mujeres (y varios hombres) gimieron con horror, especialmente los pequeños

Ryddle levantó de nuevo la varita, pero fue demasiado tarde. El monstruo lo derribó al escabullirse, enfilando a toda velocidad por el corredor y perdiéndose de vista. Ryddle se incorporó, buscando la varita. Consiguió cogerla, pero el muchachón se lanzó sobre él, se la arrancó de las manos y lo tiró de espaldas  contra el suelo, al tiempo que gritaba: ¡NOOOOOOOO!

-¡Aragog no mato a nadie! ¡huyo porque ese maldito desgraciado quería matarlo!- grito molesto el semi-gigante
-¿Aragog?- pregunto Remus
-Por favor, no hagan preguntas- pidio Hermione- todo se ira explicando cuando avance el libro

Todo empezó a dar vueltas y la oscuridad se hizo completa. Harry sintió que caía y aterrizó de golpe con los brazos y las piernas extendidos sobre su cama en el dormitorio de Gryffindor, y con el diario de Ryddle abierto sobre el abdomen. Antes de que pudiera recuperar el aliento, se abrió la puerta del dormitorio y entró Ron.

-Que oportuno- comento Neville

—¡Estás aquí! —dijo.
Harry se sentó. Estaba sudoroso y temblaba.
—¿Qué pasa? —dijo Ron, preocupado.
—Fue Hagrid, Ron. Hagrid abrió la Cámara de los Secretos hace cincuenta años.

-Lo siento tanto, yo nunca debi siquiera dudar de que tu podrías haber hecho semejante cosa, y si lo pensé fue solamente porque crei que había sido un accidente por lo mucho que te gustan las criaturas- se disculpo Harry
-Esta…esta bien Harry- acepto Hagrid
-Por favor, sigamos leyendo- pidio Albus- debemos terminar con este misterio- todos asintieron de acuerdo. 

13 comentarios:

  1. Hola!! espero que puedas actualizar y poner el proximo capitulo pronto porfavor. Me encantan las intervenciones de los personajes :) espero que cuelgues todos los libros aqui

    -besos

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  2. haaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa porfin que alegria me encanto sique a pesr de aver leido ya la camara de los secretos sigo emosonada como el primer dia

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  3. Por favor, por favor continúa con la historia, me encanta como la adaptas, quiero saber que piensan de Hagrid...un saludo Mero :)

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  4. Actualiza porfisssssssssssssssss, me encanta tu fics *w*

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  5. No sabes como me gusta este fic. Lo único malo es que te demoras tanto en actualizar... pero que se le va a hacer, de seguro tienes poco tiempo. Ojala que el próximo capitulo llegue pronto.

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  6. me encanta estoy desando que actualices amo el fic cuidate

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  7. me encanta esta fic por fisssssss siguelo

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  8. siguelaaaa, anda :) tienes que terminar cada uno de los libros :)

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  9. cuando subis el capitulo 15 ? estan re buenos.:)

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  10. continuaras esta historia?
    esta muy buena

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