miércoles, 18 de julio de 2012

leyendo Harry Potter y la piedra filosofal- cap 8


Aclaracion: Bueno todos los personajes y los libros que leen pertenecen a la genialisima JK Rowling ¿ok? yo solo lo traspaso a un blog para que puedan leerlo de una manera diferente con las intervenciones de ciertos personajes pertenecientes a ella.
Espero Disfruten, son un poco largos, pero en cada actualizacion subo un capitulo entero.

Harry Potter y la piedra filosofal


Capitulo VIII: “El profesor de Pociones”
-Lily comienza a leer- dijo Marlene
-ya voy- dijo separando su boca de la de James – el capitulo se llama el profesor de pociones
-¿crees que sea como nosotros?- pregunto Sirius- ya sabes revoltoso- dijo sonriendo
-espero que si- dijo James
-espero que no- dijo Minerva
-espero- dijo Lily interrumpiendo- que sea feliz- todos asintieron
—Allí, mira. — ¿Dónde? —Al lado del chico alto y pelirrojo. — ¿El de gafas? — ¿Has visto su cara? — ¿Has visto su cicatriz? Los murmullos siguieron a Harry desde el momento en que, al día siguiente, salió del dormitorio.
-de seguro le encanta- dijo Severus- tan arrogante como el padre
-si tienes algo que decir dímelo en la cara Snivellus- grito James
-¿Qué quieres que te diga? Que espero te estés revolcando en tu tumba- dijo con una sonrisa del odio más puro y lily se levanto furiosa
-que no se te olvide que yo también moriré esa noche- Snape sintió su corazón partirse a la mitad, era cierto, y un pequeño dilema comenzó en su cabeza ¿Qué valía mas? Su odio por Potter o su amor por Lily- y no vuelvas a insultar a James en mi presencia
-solo digo que es un idiota arrogante, lo que tu dijiste durante  6 años Lily,  ¿o ya no lo recuerdas?- dijo con mordacidad, Lily miro a James y vio una tristeza profunda en los ojos de James, eso lo había herido y Lils sentía que daría la vida por sacar ese sentimiento de esos ojitos avellana
-tal vez dije que fuera arrogante, egocéntrico y otras cosas, pero yo tampoco soy perfecta sabes, y hay varias cosas en las que ustedes dos se parecen, son grandes magos, inteligentes y valientes, pero hay muchas cosas que no entiendes Severus, lealtad, el hecho de dar sin esperar nada y sobre todo James jamás cambiaria a sus amigos o a mi por un poco del poder de un idiota narcisista que odia lo que tú eres, porque tú eres tan sangre sucia como yo- le espeto con dolor y furia, James la abrazo con ternura y sentó en su regazo para mecerla entre sus brazos, ella lo beso
-te amo princesa- le dijo James al oído- y si eres perfecta- ella se abrazo con fuerza
-perdóname- dijo con los ojos llorosos
-es tu opinión de mi, y está bien- dijo con resignación
-tu eres maravilloso, y dulce, y lindo, guapo, divertido, leal, inteligente, simpático, buen amigo y un estupendo novio, tierno, un gran padre, y una persona única y por eso te amo con toda mi alma- le dijo Lily mirándolo a los ojos perdiéndose en el avellana, todos la miraron sorprendidos, en especial James, nunca pensó que Lily viera tantas virtudes en él, y jamás le había dicho te amo, se dedico a besarla hasta que Mcgonagall le dijo a Lily que siguiera leyendo
Los alumnos que esperaban fuera de las aulas se ponían de puntillas para mirarlo, o se daban la vuelta en los pasillos, observándolo con atención. Harry deseaba que no lo hicieran, porque intentaba concentrarse para encontrar el camino de su clase. En Hogwarts había 142 escaleras,
-¿las conto?- preguntaron Sirius y Ron
 algunas amplias y despejadas, otras estrechas y destartaladas. Algunas llevaban a un lugar diferente los viernes. Otras tenían un escalón que desaparecía a mitad de camino y había que recordarlo para saltar. Después, había puertas que no se abrían, a menos que uno lo pidiera con amabilidad o les hiciera cosquillas en el lugar exacto, y puertas que, en realidad, no eran sino sólidas paredes que fingían ser puertas. También era muy difícil recordar dónde estaba todo, ya que parecía que las cosas cambiaban de lugar continuamente. Las personas de los retratos seguían visitándose unos a otros, y Harry estaba seguro de que las armaduras podían andar. Los fantasmas tampoco ayudaban. Siempre era una desagradable sorpresa que alguno se deslizara súbitamente a través de la puerta que se intentaba abrir. Nick Casi Decapitado siempre se sentía contento de señalar el camino indicado a los nuevos Gryffindors, pero Peeves el Duende se encargaba de poner puertas cerradas y escaleras con trampas en el camino de los que llegaban tarde a clase. También les tiraba papeleras a la cabeza, corría las alfombras debajo de los pies del que pasaba, les tiraba tizas o, invisible, se deslizaba por detrás, cogía la nariz de alguno y gritaba: ¡TENGO TU NARIZ! Pero aún peor que Peeves, si eso era posible, era el celador, Argus Filch. Harry y Ron se las arreglaron para chocar con él, en la primera mañana. Filch los encontró tratando de pasar por una puerta que, desgraciadamente, resultó ser la entrada al pasillo prohibido del tercer piso. No les creyó cuando dijeron que estaban perdidos, estaba convencido de que querían entrar a propósito y los amenazó con encerrarlos en los calabozos,
-Señor Filch- dijo reprobatoriamente Minerva
hasta que el profesor Quirrell, que pasaba por allí, los rescató. Filch tenía una gata llamada Señora Norris, una criatura flacucha y de color polvoriento, con ojos saltones como linternas, iguales a los de Filch. Patrullaba sola por los pasillos. Si uno infringía una regla delante de ella, o ponía un pie fuera de la línea permitida, se escabullía para buscar a Filch, el cual aparecía dos segundos más tarde. Filch conocía todos los pasadizos secretos del colegio mejor que nadie (excepto tal vez los gemelos Weasley),
-¡mentira!- grito Sirius- nosotros los conocemos todos y cada uno de ellos
-¿y cuales son?- dijo Minerva enfadada
-como si fuera a decircelo- dijo Remus divertido
-ah un detalle, los profesores o pueden impedir nada de lo que vaya a pasar, ni cerrar pasadisos ni castigar alumnos o les borraremos la memoria- dijo Ron y Hermione le susurro
-Ron eso es mentira
-pero ellos no lo saben- dijo serio
 y podía aparecer tan súbitamente como cualquiera de los fantasmas. Todos los estudiantes lo detestaban, y la más soñada ambición de muchos era darle una buena patada a la Señora Norris. Y después, cuando por fin habían encontrado las aulas, estaban las clases. Había mucho más que magia, como Harry descubrió muy pronto, mucho más que agitar la varita y decir unas palabras graciosas.
-¿palabras graciosas?- dijo Alice riendo, a todos les había causado gracia el comentario
Tenían que estudiar los cielos nocturnos con sus telescopios, cada miércoles a medianoche, y aprender los nombres de las diferentes estrellas y los movimientos de los planetas. Tres veces por semana iban a los invernaderos de detrás del castillo a estudiar Herbología, con una bruja pequeña y regordeta llamada profesora Sprout, y aprendían a cuidar de todas las plantas extrañas y hongos y a descubrir para qué debían utilizarlas. Pero la asignatura más aburrida era Historia de la Magia, la única clase dictada por un fantasma. El profesor Binns ya era muy viejo cuando se quedó dormido frente a la chimenea del cuarto de profesores y se levantó a la mañana siguiente para dar clase, dejando atrás su cuerpo. Binns hablaba monótonamente, mientras escribía nombres y fechas, y hacia que Elmerico el Malvado y Ulrico el Chiflado se confundieran. El profesor Flitwick, el de la clase de Encantamientos, era un brujo diminuto que tenía que subirse a unos cuantos libros para ver por encima de su escritorio.
-excelentes descripciones- dijo Ron divertido y algunos profesores lo miraron mal
Al comenzar la primera clase, sacó la lista y, cuando llegó al nombre de Harry, dio un chillido de excitación y desapareció de la vista. La profesora McGonagall era siempre diferente. Harry había tenido razón al pensar que no era una profesora con quien se pudiera tener problemas. Estricta e inteligente
-Gracias- dijo la profesora como si Harry puediera oírle, le estaba tomando un gran cariño al pequeño
 les habló en el primer momento en que se sentaron, el día de su primera clase. —Transformaciones es una de las magias más complejas y peligrosas que aprenderéis en Hogwarts —dijo—. Cualquiera que pierda el tiempo en mi clase tendrá que irse y no podrá volver. Ya estáis prevenidos. Entonces transformó un escritorio en un cerdo y luego le devolvió su forma original. Todos estaban muy impresionados y no aguantaban las ganas de empezar, pero muy pronto se dieron cuenta de que pasaría mucho tiempo antes de que pudieran transformar muebles en animales. Después de hacer una cantidad de complicadas anotaciones, les dio a cada uno una cerilla para que intentaran convertirla en una aguja. Al final de la clase, sólo Hermione Granger había hecho algún cambio en la cerilla. La profesora McGonagall mostró a todos cómo se había vuelto plateada y puntiaguda, y dedicó a la niña una excepcional sonrisa
-Hermione es igual a Mcgonagall- dijo Ron
 La clase que todos esperaban era Defensa Contra las Artes Oscuras, pero las lecciones de Quirrell resultaron ser casi una broma. Su aula tenía un fuerte olor a ajo, y todos decían que era para protegerse de un vampiro que había conocido en Rumania y del que tenía miedo de que volviera a buscarlo. Su turbante, les dijo, era un regalo de un príncipe africano como agradecimiento por haberlo liberado de un molesto zombi, pero ninguno creía demasiado en su historia. Por un lado, porque cuando Seamus Finnigan se mostró deseoso de saber cómo había derrotado al zombi, el profesor Quirrell se ruborizó y comenzó a hablar del tiempo, y por el otro, porque habían notado que el curioso olor salía del turbante, y los gemelos Weasley insistían en que estaba lleno de ajo, para proteger a Quirrell cuando el vampiro apareciera. Harry se sintió muy aliviado al descubrir que no estaba mucho más atrasado que los demás. Muchos procedían de familias muggle y, como él, no tenían ni idea de que eran brujas y magos. Había tantas cosas por aprender que ni siquiera un chico como Ron tenía mucha ventaja.
-¿un chico como yo?
-hijo de magos- dijeron Lily y Hermione
El viernes fue un día importante para Harry y Ron. Por fin encontraron el camino hacia el Gran Comedor a la hora del desayuno, sin perderse ni una vez. —¿Qué tenemos hoy? —preguntó Harry a Ron, mientras echaba azúcar en sus cereales. —Pociones Dobles con los de Slytherin —respondió Ron—. Snape es el Jefe de la Casa Slytherin. Dicen que siempre los favorece a ellos... Ahora veremos si es verdad.
Los profesores miraron mal a Severus que ni siquiera se inmuto seguía perdido en lo que le había dicho Lily
—Ojalá McGonagall nos favoreciera a nosotros —dijo Harry La profesora McGonagall era la jefa de la casa Gryffindor; pero eso no le había impedido darles una gran cantidad de deberes el día anterior. Justo en aquel momento llegó el correo. Harry ya se había acostumbrado, pero la primera mañana se impresionó un poco cuando unas cien lechuzas entraron súbitamente en el Gran Comedor durante el desayuno, volando sobre las mesas hasta encontrar a sus dueños, para dejarles caer encima cartas y paquetes. Hedwig no le había llevado nada hasta aquel día. Algunas veces volaba para mordisquearle una oreja y conseguir una tostada, antes de volver a dormir en la lechucería, con las otras lechuzas del colegio. Sin embargo, aquella mañana pasó volando entre la mermelada y la azucarera y dejó caer un sobre en el plato de Harry Este lo abrió de inmediato.
Querido Harry (decía con letra desigual),
sé que tienes las tardes del viernes libres, así que ¿te gustaría venir a tomar una taza de té conmigo, a eso de las tres? Quiero que me cuentes todo lo de tu primera semana. Envíame la respuesta con Hedwig. Hagrid
-gracias por todo lo que haces por Harry- dijo James agradecido y el gigante se ruborizo
-no puedo dejarlo solo al pequeñin, yo también creci casi sin padres y el es una muy buena persona- dijo sonriéndole a los  futuros padres
-mi sobrino será una persona extraordianaria –dijo Remus sonriendo
Harry cogió prestada la pluma de Ron y contestó: «Sí, gracias, nos veremos más tarde», en la parte de atrás de la nota, y la envió con Hedwig. Fue una suerte que Hagrid hubiera invitado a Harry a tomar el té, porque la clase de Pociones resultó ser la peor cosa que le había ocurrido allí, hasta entonces. Al comenzar el banquete de la primera noche, Harry había pensado que no le caía bien al profesor Snape. Pero al final de la primera clase de Pociones supo que no se había equivocado. No era sólo que a Snape no le gustara Harry: lo detestaba. Las clases de Pociones se daban abajo, en un calabozo. Hacía mucho más frío allí que arriba, en la parte principal del castillo, y habría sido igualmente tétrico sin todos aquellos animales conservados, flotando en frascos de vidrio, por todas las paredes. Snape, como Flitwick, comenzó la clase pasando lista y, como Flitwick, se detuvo ante el nombre de Harry —Ah, sí —murmuró—. Harry Potter. Nuestra nueva... celebridad.
-¡No te metas con Harry quejicus!- gritaron los tres merodeadores
Draco Malfoy y sus amigos Crabbe y Goyle rieron tapándose la boca. Snape terminó de pasar lista y miró a la clase. Sus ojos eran tan negros como los de Hagrid, pero no tenían nada de su calidez. Eran fríos y vacíos y hacían pensar en túneles oscuros. —Vosotros estáis aquí para aprender la sutil ciencia y el arte exacto de hacer pociones —comenzó. Hablaba casi en un susurro, pero se le entendía todo. Como la profesora McGonagall, Snape tenía el don de mantener a la clase en silencio, sin ningún esfuerzo—
-no compares- dijeron algunos alumnos asqueados
 Aquí habrá muy poco de estúpidos movimientos de varita y muchos de vosotros dudaréis que esto sea magia. No espero que lleguéis a entender la belleza de un caldero hirviendo suavemente, con sus vapores relucientes, el delicado poder de los líquidos que se deslizan a través de las venas humanas, hechizando la mente, engañando los sentidos... Puedo enseñaros cómo embotellar la fama, preparar la gloria, hasta detener la muerte... si sois algo más que los alcornoques a los que habitualmente tengo que enseñar. Más silencio siguió a aquel pequeño discurso. Harry y Ron intercambiaron miradas con las cejas levantadas. Hermione Granger estaba sentada en el borde de la silla, y parecía desesperada por empezar a demostrar que ella no era un alcornoque
-¡Harry!- grito Hermione sonrojada por las risas de algunos
. —¡Potter! —dijo de pronto Snape—. ¿Qué obtendré si añado polvo de raíces de asfódelo a una infusión de ajenjo? ¿Raíz en polvo de qué a una infusión de qué?
-¡severus Snape!- grito Minerva- estas aprovechándote de un pobre niño- grito enfadada- esas pociones se dan en segundo o tercero ¿Cómo te atreves?- decía fuera de si, mientras Sanpe estaba como siempre: imperturbable.
Harry miró de reojo a Ron, que parecía tan desconcertado como él. La mano de Hermione se agitaba en el aire. —No lo sé, señor —contestó Harry. Los labios de Snape se curvaron en un gesto burlón. —Bah, bah... es evidente que la fama no lo es todo. No hizo caso de la mano de Hermione. —Vamos a intentarlo de nuevo, Potter. ¿Dónde buscarías si te digo que me encuentres un bezoar? Hermione agitaba la mano tan alta en el aire que no necesitaba levantarse del asiento para que la vieran, pero Harry no tenía la menor idea de lo que era un bezoar. Trató de no mirar a Malfoy y a sus amigos, que se desternillaban de risa. —No lo sé, señor. —Parece que no has abierto ni un libro antes de venir. ¿No es así, Potter? Harry se obligó a seguir mirando directamente aquellos ojos fríos. Sí había mirado sus libros en casa de los Dursley, pero ¿cómo esperaba Snape que se acordara de todo lo que había en Mil hierbas mágicas y hongos? Snape seguía haciendo caso omiso de la mano temblorosa de Hermione. —¿Cuál es la diferencia, Potter; entre acónito y luparia?
-escuchame una cosa Snape- espeto Lily con furia y Severus la miro sorprendido- tu te metes con mi hijo con James- dijo enfadada recordándole que no era James, que maltratarlo a el no quitaría las bromas que James le había hecho ni el odio entre ellos, esa ultima parte le dolio a Snape- me olvidare de 12 años de amistad y te arrancare la cabeza- dijo antes de sentarse furiosa al lado de James que se reservo a acariciarla sin decir nada, aunque estaba feliz por lo que Lily había dicho.
Ante eso, Hermione se puso de pie, con el brazo extendido hacia el techo de la mazmorra. —No lo sé —dijo Harry con calma—. Pero creo que Hermione lo sabe. ¿Por qué no se lo pregunta a ella?
-¡igual a su padre!- gritaron orgullosos los chicos, divertidas las chicas y con miedo minerva
Unos pocos rieron. Harry captó la mirada de Seamus, que le guiñó un ojo. Snape, sin embargo, no estaba complacido. —Siéntate —gritó a Hermione—. Para tu información, Potter; asfódelo y ajenjo producen una poción para dormir tan poderosa que es conocida como Filtro de Muertos en Vida. Un bezoar es una piedra sacada del estómago de una cabra y sirve para salvarte de la mayor parte de los venenos. En lo que se refiere a acónito y luparia, es la misma planta. Bueno, ¿por qué no lo estáis apuntando todo? Se produjo un súbito movimiento de plumas y pergaminos. Por encima del ruido, Snape dijo: —Y se le restará un punto a la casa Gryffindor por tu descaro, Potter. Las cosas no mejoraron para los Gryffindors a medida que continuaba la clase de Pociones. Snape los puso en parejas, para que mezclaran una poción sencilla para curar forúnculos. Se paseó con su larga capa negra, observando cómo pesaban ortiga seca y aplastaban colmillos de serpiente, criticando a todo el mundo salvo a Malfoy, que parecía gustarle.
Lucius le sonrio arrogantemente a Severus
En el preciso momento en que les estaba diciendo a todos que miraran la perfección con que Malfoy había cocinado a fuego lento los pedazos de cuernos, multitud de nubes de un ácido humo verde y un fuerte silbido llenaron la mazmorra. De alguna forma, Neville se las había ingeniado para convertir el caldero de Seamus en un engrudo hirviente que se derramaba sobre el suelo, quemando y haciendo agujeros en los zapatos de los alumnos. En segundos, toda la clase estaba subida a sus taburetes, mientras que Neville, que se había empapado en la poción al volcarse sobre él el caldero, gemía de dolor; por sus brazos y piernas aparecían pústulas rojas.
-tan malo en las pociones como Frank- dijo divertida Alice
—¡Chico idiota! —dijo Snape con enfado
-¿Cómo le hablas asi a mi hijo?- grito Frank enfadado
-severus no puedes hablarle asi a un niño- dijo Albus reprobatoriamente
haciendo desaparecer la poción con un movimiento de su varita—. Supongo que añadiste las púas de erizo antes de sacar el caldero del fuego, ¿no? Neville lloriqueaba, mientras las pústulas comenzaban a aparecer en su nariz. —Llévelo a la enfermería —ordenó Snape a Seamus. Luego se acercó a Harry y Ron, que habían estado trabajando cerca de Neville. —Tu, Harry Potter. ¿Por qué no le dijiste que no pusiera las púas? Pensaste que si se equivocaba quedarías bien, ¿no es cierto? Éste es otro punto que pierdes para Gryffindor.
-¿Qué culpa tenia Harry?- pregunto Nymphadora confundida
-ninguna Dora, el profesor es un idiota- le susurro Remus haciendo que se sonroje
Aquello era tan injusto que Harry abrió la boca para discutir, pero Ron le dio una patada por debajo del caldero. —No lo provoques —murmuró—. He oído decir que Snape puede ser muy desagradable. Una hora más tarde, cuando subían por la escalera para salir de las mazmorras, la mente de Harry era un torbellino y su ánimo estaba por los suelos. Había perdido dos puntos para Gryffindor en su primera semana... ¿Por qué Snape lo odiaba tanto?
-por mi- dijo James algo triste por traerle problemas a su hijo
-porque es tan resentido que no se da cuenta que Harry no eres tu- le dijo Lily enfadada hasta la medula con el que alguna vez fue su mejor amigo-  Harry es tu viva imagen James- el castaño sonrio
—Anímate —dijo Ron—. Snape siempre le quitaba puntos a Fred y a George. ¿Puedo ir a ver a Hagrid contigo? Salieron del castillo cinco minutos antes de las tres y cruzaron los terrenos que lo rodeaban. Hagrid vivía en una pequeña casa de madera, en el borde del bosque prohibido. Una ballesta y un par de botas de goma estaban al lado de la puerta delantera. Cuando Harry llamó a la puerta, oyeron unos frenéticos rasguños y varios ladridos. Luego se oyó la voz de Hagrid, diciendo: —Atrás, Fang, atrás. La gran cara peluda de Hagrid apareció al abrirse la puerta. —Entrad —dijo— Atrás, Fang. Los dejó entrar, tirando del collar de un imponente perro negro. Había una sola estancia. Del techo colgaban jamones y faisanes, una cazuela de cobre hervía en el fuego y en un rincón había una cama enorme con una manta hecha de remiendos. —Estáis en vuestra casa —dijo Hagrid, soltando a Fang, que se lanzó contra Ron y comenzó a lamerle las orejas. Como Hagrid, Fang era evidentemente mucho menos feroz de lo que parecía. —Éste es Ron —dijo Harry a Hagrid, que estaba volcando el agua hirviendo en una gran tetera y sirviendo pedazos de pastel. —Otro Weasley, ¿verdad? —dijo Hagrid, mirando de reojo las pecas de Ron—. Me he pasado la mitad de mi vida ahuyentando a tus hermanos gemelos del bosque.
Todos rieron menos Molly
El pastel casi les rompió los dientes, pero Harry y Ron fingieron que les gustaba, mientras le contaban a Hagrid todo lo referente a sus primeras clases.
-que dulce de su parte- dijo Molly feliz por el comportamiento de su hijo-podria enseñarte a cocinar si quieres Hagrid- dijo sonriendo
-¿enserio?- pregunto ilusionado
-pues claro y yo también voy a yudarte- dijo Lily
-¿cocinas?- preguntaron Sirius y James
-claro que cocino, no te casaras con una inútil- dijo divertida- todos los días te esperare con comida rica y calentita para ti- James la miraba enamorado, su vida de casado con Lily era algo que esperaba ansioso-  aunque claro que también comerán Sirius, Remus y Harry- dijo riendo
-¿yo?- preguntaron los merodeadores
-claro, Remus es también mi mejor amigo y Sirius a menos que quiera vivir solo, vivirá con nosotros y con su ahijado- dijo sonriéndole al ojigris que la miraba ilusionado
Fang tenía la cabeza apoyada sobre la rodilla de Harry y babeaba sobre su túnica. Harry y Ron se quedaron fascinados al oír que Hagrid llamaba a Filch «ese viejo bobo». —Y en lo que se refiere a esa gata, la Señora Norris, me gustaría presentársela un día a Fang. ¿Sabéis que cada vez que voy al colegio me sigue todo el tiempo? No me puedo librar de ella. Filch la envía a hacerlo. Harry le contó a Hagrid lo de la clase de Snape. Hagrid, como Ron, le dijo a Harry que no se preocupara, que a Snape no le gustaba ninguno de sus alumnos. —Pero realmente parece que me odie. —¡Tonterías! —dijo Hagrid—. ¿Por qué iba a hacerlo? Sin embargo, Harry no podía dejar de pensar en que Hagrid había mirado hacia otro lado cuando dijo aquello. —¿Y cómo está tu hermano Charlie? —preguntó Hagrid a Ron—. Me gustaba mucho, era muy bueno con los animales. Harry se preguntó si Hagrid no estaba cambiando de tema a propósito.
-muy listo de su parte- dijo Alastor Moody entrando al comedor
Mientras Ron le hablaba a Hagrid del trabajo de Charles con los dragones, Harry miró el recorte del periódico que estaba sobre la mesa. Era de El Profeta.
RECIENTE ASALTO EN GRINGOTTS
Continúan las investigaciones del asalto que tuvo lugar en Gringotts el 31 de julio. Se cree que se debe al trabajo de oscuros magos y brujas desconocidos. Los gnomos de Gringotts insisten en que no se han llevado nada. La cámara que se registró había sido vaciada aquel mismo día. «Pero no vamos a decirles qué había allí, así que mantengan las narices fuera de esto, si saben lo que les conviene», declaró esta tarde un gnomo portavoz de Gringotts.
Harry recordó que Ron le había contado en el tren que alguien había tratado de robar en Gringotts, pero su amigo no había mencionado la fecha. —¡Hagrid! —dijo Harry—. ¡Ese robo en Gringotts sucedió el día de mi cumpleaños! ¡Pudo haber sucedido mientras estábamos allí! Aquella vez no tuvo dudas: Hagrid decididamente evitó su mirada. Gruñó y le ofreció más pastel. Harry volvió a leer la nota. «La cámara que se registró había sido vaciada aquel mismo día.» Hagrid había vaciado la cámara setecientos trece, si puede llamarse vaciarla a sacar un paquetito arrugado. ¿Sería eso lo que estaban buscando los ladrones?
-me sorprende la forma de entrelazar hechos- dijo Alastor sorprendido- ¿Cuánto tiene?- dijo habiéndose perdido los anteriores capítulos
-once- dijo James orgulloso
 Mientras Harry y Ron regresaban al castillo para cenar, con los bolsillos llenos del pétreo pastel que fueron demasiado amables para rechazar; Harry pensaba que ninguna de las clases le había hecho reflexionar tanto como aquella merienda con Hagrid. ¿Hagrid habría sacado el paquete justo a tiempo? ¿Dónde podía estar? ¿Sabría algo sobre Snape que no quería decirle?
-que es un idiota resentido  que envidia a ames porque cornamenta es todo lo que a el le gustaría ser- mascullaba Sirius causando la risa de todos
-¿puedo leer?- pregunto Gideon (¿o era Fabian?)
-adelante- dijo Lily tendiéndole el libro… 

5 comentarios:

  1. siguela esta muy buena
    me parto con los arrebatos agresivos de lily y los merodeadores son unicos
    tambien leo la de enamorando a los merodeadores siguelas me encanta las dos historias
    espero que actualices pronto

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    1. bueno gracias por seguirme ni bien pueda actualizo en Potterfics, si tienes ganas pasate por Domando a Canuto, imagino que te gustan los merodeadores xD ya mismo me pongo a escribir otro cap, besitos.

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  2. ¡Hola!

    Bien... ¡nueva lectora! bieeeeeen!!!, jajaja.

    Soy Azu, y leo TODOS tus fics, he de decir que me encanta, y estoy súper pendiente de que comiences esos nuevos proyectos que anuncias en Enamorando a Los Merodeadores.

    Me encanta el fic, aunque, si me lo permites, ¿te puedo dar unos consejos para mejorarlo?:
    -Podrías poner más comentarios del Gran Comedor, por ejemplo, cuando se anunció que Harry dormía en la alacena, no salió ninguna reacción de James y Lily, pero tendría que haberla, porque se supone que su hijo duerme en un armario.
    -Poner escenas más allá de los capítulos. Es decir, que el capítulo comience con una escena en las habitaciones, escenas de Lily y James solos, etc. Algo como cuando Hermione habla con Dumbledore, solos.

    Y creo que eso es todo, perdón si te ha molestado.

    Muchos besos, y porfis, actualiza pronto:

    -Azu.(Lady Hugs en Potterfics)

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    1. bueno Azu genial tus ideas, que suerte que te guste lo que escribo, ya mismo cambio el primer cap, y al final de la historia se me ocurre que todos vean un poco de su vida futura, ya sabes, aparte de la vida de harry, como se enamoraron James y Lily, o Remus y Tonks, voy a actualizar el fic de enamorando a los merodeadores, pero ando corta de isnpiracion :$ bueno un beso enorme, y gracias por seguirme. :D

      MerodeadoraSB

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  3. Jajajajaj me encantaria leer un fic de como hubiese sido la vida de los merodeadores y de Lily si quien-tu-sabes no los hubiese atacado, si alguien conoce alguno... Me encanto el capitulo, sigue asi!

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