Aclaracion: Bueno
todos los personajes y los libros que leen pertenecen a la genialisima JK
Rowling ¿ok? yo solo lo traspaso a un blog para que puedan leerlo de una manera
diferente con las intervenciones de ciertos personajes pertenecientes a ella.
Espero Disfruten,
son un poco largos, pero en cada actualizacion subo un capitulo entero.
Harry Potter y la
piedra filosofal
Capitulo IV: “el guardian de las llaves”
BUM. Llamaron otra vez. Dudley se despertó
bruscamente. —¿Dónde está el cañón? —preguntó estúpidamente. Se oyó un crujido
detrás de ellos y tío Vernon apareció en la habitación. Llevaba un rifle en las
manos: ya sabían lo que contenía el paquete alargado que había llevado. —¿Quién
está ahí? —gritó—. ¡Le advierto... estoy armado! Hubo una pausa. Luego... ¡UN
GOLPE VIOLENTO!
Todos estaban
ansiosos por saber quien era
La puerta fue empujada con tal fuerza que se
salió de los goznes y, con un golpe sordo, cayó al suelo. Un hombre gigantesco
apareció en el umbral. Su rostro estaba prácticamente oculto por una larga
maraña de pelo y una barba desaliñada, pero podían verse sus ojos, que
brillaban como escarabajos negros bajo aquella pelambrera. El gigante se abrió
paso doblando la cabeza, que rozaba el techo. Se agachó, cogió la puerta y, sin
esfuerzo, la volvió a poner en su lugar. El ruido de la tormenta se apagó un
poco. Se volvió para mirarlos. —Podríamos preparar té. No ha sido un viaje
fácil...
-¿un gigante
pidiendo té a medianoche? –dijo Lily- ¡Hagrid!- el gigante solo sonrio
Se
desparramó en el sofá donde Dudley estaba petrificado de miedo. —Levántate,
bola de grasa —dijo el desconocido. Dudley se escapó de allí y corrió a
esconderse junto a su madre, que estaba agazapada detrás de tío Vernon. —¡Ah!
¡Aquí está Harry! —dijo el gigante. Harry levantó la vista ante el rostro feroz
y peludo, y vio que los ojos negros le sonreían. —La última vez que te vi eras
sólo una criatura —dijo el gigante—. Te pareces mucho a tu padre, pero tienes
los ojos de tu madre
Todos sonrieron
anchamente
-igual a ti mi amor-
dijo Lily mirandolo con ternura
-con tus ojitos
esmerlada- dijo el sonriendole
Tío
Vernon dejó escapar un curioso sonido. —¡Le exijo que se vaya enseguida, señor!
—dijo—. ¡Esto es allanamiento de morada! —Bah, cierra la boca, Dursley,
grandísimo majadero —dijo el gigante. Se estiró, arrebató el rifle a tío
Vernon, lo retorció como si fuera de goma y lo arrojó a un rincón de la
habitación. Tío Vernon hizo otro ruido extraño, como si hubieran aplastado a un
ratón. —De todos modos, Harry —dijo el gigante, dando la espalda a los
Dursley—, te deseo un muy feliz cumpleaños. Tengo algo aquí. Tal vez lo he
aplastado un poco, pero tiene buen sabor. Del bolsillo interior de su abrigo
negro sacó una caja algo aplastada. Harry la abrió con dedos temblorosos. En el
interior había un gran pastel de chocolate pegajoso, con «Feliz Cumpleaños,
Harry» escrito en verde. Harry miró al gigante. Iba a darle las gracias, pero
las palabras se perdieron en su garganta y, en lugar de eso, dijo: —¿Quién es
usted? El gigante rió entre dientes. —Es cierto, no me he presentado. Rubeus
Hagrid, Guardián de las Llaves y Terrenos de Hogwarts. Extendió una mano
gigantesca y sacudió todo el brazo de Harry —
Todos rieron, pobre
Hagrid nunca habia podido controlar su fuerza
¿Qué tal ese té, entonces? —dijo, frotándose
las manos—. Pero no diría que no si tienen algo más fuerte. Sus ojos se
clavaron en el hogar apagado, con las bolsas de patatas fritas arrugadas, y
dejó escapar una risa despectiva. Se inclinó ante la chimenea. Los demás no
podían ver qué estaba haciendo, pero cuando un momento después se dio la
vuelta, había un fuego encendido, que inundó de luz toda la húmeda cabaña.
Harry sintió que el calor lo cubría como si estuviera metido en un baño
caliente. El gigante volvió a sentarse en el sofá, que se hundió bajo su peso,
y comenzó a sacar toda clase de cosas de los bolsillos de su abrigo: una
cazuela de cobre, un paquete de salchichas, un atizador, una tetera, varias
tazas agrietadas y una botella de un liquido color ámbar, de la que tomó un
trago antes de empezar a preparar el té. Muy pronto, la cabaña estaba llena del
aroma de las salchichas calientes. Nadie dijo una palabra mientras el gigante
trabajaba, pero cuando sacó las primeras seis salchichas jugosas y calientes,
Dudley comenzó a impacientarse. Tío Vernon dijo en tono cortante: —No toques nada
que él te dé, Dudley. El gigante lanzó una risa sombría. —Ese gordo pastel que
es su hijo no necesita engordar más, Dursley, no se preocupe. Le sirvió las
salchichas a Harry, el cual estaba tan hambriento que pensó que nunca había
probado algo tan maravilloso, pero todavía no podía quitarle los ojos de encima
al gigante. Por último, como nadie parecía dispuesto a explicar nada, dijo: —Lo
siento, pero todavía sigo sin saber quién es usted. El gigante tomó un sorbo de
té y se secó la boca con el dorso de la mano. —Llámame Hagrid —contesto—. Todos
lo hacen. Y como te dije, soy el guardián de las llaves de Hogwarts. Ya lo
sabrás todo sobre Hogwarts, por supuesto. —Pues... yo no... —dijo Harry Hagrid
parecía impresionado. —Lo lamento —dijo rápidamente Harry
-¿Por qué se
disculpa?- pregunto Sirius confundido
—¿Lo lamento? —preguntó Hagrid, volviéndose a
mirar a los Dursley, que retrocedieron hasta quedar ocultos por las sombras—.
¡Ellos son los que tienen que disculparse! Sabía que no estabas recibiendo las
cartas, pero nunca pensé que no supieras nada de Hogwarts. ¿Nunca te
preguntaste dónde lo habían aprendido todo tus padres? —¿El qué? —preguntó
Harry —¿EL QUÉ? —bramó Hagrid—. ¡Espera un segundo! Se puso de pie de un salto.
En su furia parecía llenar toda la habitación. Los Dursley estaban agazapados
contra la pared. —¿Me van a decir —rugió a los Dursley— que este muchacho,
¡este muchacho!, no sabe nada... sobre NADA? Harry pensó que aquello iba
demasiado lejos. Después de todo, había ido al colegio y sus notas no eran tan
malas. —Yo sé algunas cosas —dijo—. Puedo hacer cuentas y todo eso. Pero Hagrid
simplemente agito la mano. —Me refiero a nuestro mundo Tu mundo. Mi mundo. El
mundo de tus padres. —¿Qué mundo? Hagrid lo miró como si fuera a estallar.
—¡DURSLEY! —bramó.
-¡Eso es Hagrid!-
gritaron James y Lily, raro ya que ellos normalmente estaban en desacuerdo el
gigante se ruborizo
Tío Vernon, que estaba muy pálido, susurró
algo que sonaba como mimblewimble. Hagrid, enfurecido, contempló a Harry. —Pero
tú tienes que saber algo sobre tu madre y tu padre —dijo—. Quiero decir, ellos
son famosos. Tú eres famoso. —¿Cómo? ¿Mi madre y mi padre... eran famosos? ¿En
serio? —No sabías... no sabías... —Hagrid se pasó los dedos por el pelo,
clavándole una mirada de asombro—. ¿De verdad no sabes lo que ellos eran? —dijo
por último. De pronto, tío Vernon recuperó la voz —¡Deténgase! —ordenó—.
¡Deténgase ahora mismo, señor! ¡Le prohíbo que le diga nada al muchacho! Un
hombre más valiente que Vernon Dursley se habría acobardado ante la mirada
furiosa que le dirigió Hagrid. Cuando éste habló, temblaba de rabia. —¿No se lo
ha dicho? ¿No le ha hablado sobre el contenido de la carta que Dumbledore le
dejó? ¡Yo estaba allí! ¡Vi que Dumbledore la dejaba, Dursley! ¿Y se la ha
ocultado durante todos estos años? —¿Qué es lo que me han ocultado? —dijo Harry
en tono anhelante. —¡DETÉNGASE! ¡SE LO PROHÍBO! —rugió tío Vernon aterrado.
-¡no pueden
prohibirle saber quien es!- grito Remus
-Asesinare a mi
hermana- dijo Lily enfadada
-¿Por qué no quieren
decirle quienes son ustedes? A mi me caen bien - dijo Nymphadora señalando a James y Lily, varios soltaron risitas por lo
que dijo la niña Tía Petunia dejó escapar un gemido de horror.
—Voy a romperles la cabeza —dijo Hagrid—. Harry debes saber que eres un mago.
Se produjo un silencio en la cabaña. Sólo podía oírse el mar y el silbido del
viento. —¿Que soy qué? —dijo Harry con voz entrecortada. —Un mago —respondió
Hagrid, sentándose otra vez en el sofá, que crujió y se hundió—. Y muy bueno,
debo añadir, en cuanto te hayas entrenado un poco. Con unos padres como los
tuyos ¿qué otra cosa podías ser?
-gracias Hagrid-
dijo James sonriendo
-no hay porque- dijo
avergonzado
-de todo corazon-
agrego Lily al agradecimiento que dio su futuro esposo
Y creo que ya es hora de que leas la carta.
Harry extendió la mano para coger, finalmente, el sobre amarillento, dirigido,
con tinta verde esmeralda
«Señor H. Potter,
El Suelo de la Cabaña en la Roca ,
El Mar».
Sacó la carta y leyó:
COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA
Director: Albus Dumbledore
(Orden de Merlín, Primera
Clase,
Gran Hechicero, Jefe de Magos,
Jefe Supremo,Confederación
de Magos).
Querido señor Potter:
Tenemos el placer de informarle de que
dispone de una plaza en el Colegio Hogwarts de Magia. Por favor, observe la
lista del equipo y los libros necesarios.
Las clases comienzan el 1 de
septiembre.
Esperamos su lechuza antes del
31 de julio.
Muy cordialmente,
Minerva McGonagall
Directora adjunta
Las preguntas estallaban en la cabeza de
Harry como fuegos artificiales, y no sabía cuál era la primera. Después de unos
minutos, tartamudeó: —¿Qué quiere decir eso de que esperan mi lechuza?
—Gorgonas galopantes, ahora me acuerdo —dijo Hagrid, golpeándose la frente con
tanta fuerza como para derribar un caballo. De otro bolsillo sacó una lechuza
(una lechuza de verdad, viva y con las plumas algo erizadas), una gran pluma y
un rollo de pergamino. Con la lengua entre los dientes, escribió una nota que
Harry pudo leer al revés.
Querido señor Dumbledore: Entregué a Harry su
carta. Lo llevo mañana a comprar sus cosas. El tiempo es horrible. Espero que
usted esté bien. Hagrid
Hagrid enrolló la nota y se la dio a la
lechuza, que la cogió con el pico. Después fue hasta la puerta y lanzó a la
lechuza en la tormenta. Entonces volvió y se sentó, como si aquello fuera tan
normal como hablar por teléfono. Harry se dio cuenta de que tenía la boca
abierta y la cerró rápidamente. —¿Por dónde iba? —dijo Hagrid. Pero en aquel
momento tío Vernon, todavía con el rostro color ceniza, pero muy enfadado, se
acercó a la chimenea. —Él no irá —dijo. Hagrid gruñó. —Me gustaría ver a un
gran muggle como usted deteniéndolo a él —dijo. —¿Un qué? —preguntó interesado
Harry —Un muggle—respondió Hagrid—. Es como llamamos a la gente «no-mágica»
como ellos. Y tuviste la mala suerte de crecer en una familia de los más
grandes muggles que haya visto. —Cuando lo adoptamos, juramos que íbamos a
detener toda esa porquería —dijo tío Vernon—. ¡Juramos que la íbamos a sacar de
él! ¡Un mago, ni más ni menos! —¿Vosotros lo sabíais? —preguntó Harry—.
¿Vosotros sabíais que yo era... un mago? —¡Saber! —chilló de pronto tía
Petunia—. ¡Saber! ¡Por supuesto que lo sabíamos! ¿Cómo no ibas a serlo, siendo
lo que era mi condenada hermana? Oh, ella recibió una carta como ésta de ese...
ese colegio, y desapareció, y volvía a casa para las vacaciones con los
bolsillos llenos de ranas, y convertía las tazas de té en ratas.
-¿de verdad hacias
eso?- pregunto Sirius divertido- mira tu, a la señorita nunca rompo reglas-
Lily rio anchamente
-al lado tuyo soy un
angelito caido del cielo- se defendio ella
-tu diras lo que
quieras, pero tienes sangre merodeadora- dijo James alegre
Yo era
la única que la veía tal como era: ¡una monstruosidad!
-¿Cómo se atreve?-
dijo Remus enojado
Pero para mi madre y mi padre, oh no, para
ellos era «Lily hizo esto» y «Lily hizo esto otro». ¡Estaban orgullosos de
tener una bruja en la familia!
-no es para menos,
la mejor bruja de toda esta generacion- dijo Minerva- si yo fuera su madre
estaria mas que orgullosa- Lily se ruborizo y dijo un gracias
Se detuvo para respirar profundamente y luego
continuó. Parecía que hacía años que deseaba decir todo aquello. —Luego conoció
a ese Potter en el colegio y se fueron y se casaron
-¡oye! Que no lo
diga con tanto desden que me costo bastante- dijo James enfadado y Lily le
sonrio
-¿me perdonas?- dijo
Lily haciendole puchero
-con esa carita como
para no perdonarte- dijo besandola
-tenia razon mi yo,
mucha miel- dijo Sirius y todos rieron
y te
tuvieron a ti, y por supuesto que yo sabía que ibas a ser igual, igual de raro,
un... un anormal. ¡Y luego, como si no fuera poco, hubo esa explosión y
nosotros tuvimos que quedarnos contigo! Harry se había puesto muy pálido. Tan
pronto como recuperó la voz, preguntó: —¿Explosión? ¡Me dijisteis que habían
muerto en un accidente de coche! —¿ACCIDENTE DE COCHE? —rugió Hagrid dando un salto,
tan enfadado que los Dursley volvieron al rincón—. ¿Cómo iban a poder morir
Lily y James Potter
-sabes, suena lindo-
Lily lo miro confundida- ya sabes Lily y James Potter
-claro que si- dijo
dandole otro beso
en un accidente de coche? ¡Eso es un ultraje!
¡Un escándalo! ¡Que Harry Potter no conozca su propia historia, cuando cada
chico de nuestro mundo conoce su nombre! —Pero ¿por qué? ¿Qué sucedió?
—preguntó Harry con tono de apremio. La furia se desvaneció del rostro de
Hagrid. De pronto parecía nervioso. —Nunca habría esperado algo así —dijo en
voz baja y con aire preocupado—. No tenía ni idea. Cuando Dumbledore me dijo
que podía tener problemas para llegar a ti, no sabía que sería hasta este
punto. Ah, Harry, no sé si soy la persona apropiada para decírtelo, pero
alguien debe hacerlo. No puedes ir a Hogwarts sin saberlo. Lanzó una mirada
despectiva a los Dursley. —Bueno, es mejor que sepas todo lo que yo puedo
decirte... porque no puedo decírtelo todo. Es un gran misterio, al menos una
parte... Se sentó, miró fijamente al fuego durante unos instantes, y luego
continuó. —Comienza, supongo, con... con una persona llamada... pero es
increíble que no sepas su nombre, todos en nuestro mundo lo saben... —¿Quién?
—Bueno... no me gusta decir el nombre si puedo evitarlo. Nadie lo dice. —¿Por
qué no? —Gárgolas galopantes, Harry, la gente todavía tiene miedo. Vaya, esto es
difícil. Mira, estaba ese mago que se volvió... malo. Tan malo como te puedas
imaginar. Peor. Peor que peor. Su nombre era... Hagrid tragó, pero no le salía
la voz. —¿Quiere escribirlo? —sugirió Harry. —No... no sé cómo se escribe. Está
bien... Voldemort. —Hagrid se estremeció—. No me lo hagas repetir. De todos
modos, este... este mago, hace unos veinte años, comenzó a buscar seguidores. Y
los consiguió. Algunos porque le tenían miedo, otros sólo querían un poco de su
poder, porque él iba consiguiendo poder. Eran días negros, Harry. No se sabía
en quién confiar, uno no se animaba a hacerse amigo de magos o brujas
desconocidos...
-la guerra magica-
susurraron algunos
Sucedían cosas terribles. Él se estaba
apoderando de todo. Por supuesto, algunos se le opusieron y él los mató.
Horrible. Uno de los pocos lugares seguros era Hogwarts. Hay que considerar que
Dumbledore era el único al que Quien-tú-sabes temía. No se atrevía a apoderarse
del colegio, no entonces, al menos. »Ahora bien, tu madre y tú padre eran la
mejor bruja y el mejor mago que yo he conocido nunca.
-no alimentes su ego
Hagrid que ya tiene de sobra- lo reprendio dulcemente la pelirroja, mientras su
marido sonreia
¡En su época de Hogwarts eran los primeros!
Supongo que el misterio es por qué Quien-tú-sabes nunca había tratado de
ponerlos de su parte... Probablemente sabía que estaban demasiado cerca de
Dumbledore para querer tener algo que ver con el Lado Oscuro.
-con Dumbledore o
sin Dumbledore, primero muerto antes que seguidor de Voldemort,…bueno mori de
hecho- dijo James
»Tal vez pensó que podía persuadirlos... O
quizá simplemente quería quitarlos de en medio. Lo que todos saben es que él
apareció en el pueblo donde vosotros vivíais, el día de Halloween, hace diez
años. Tú tenías un año. Él fue a vuestra casa y... y... De
pronto, Hagrid sacó un pañuelo muy sucio y se sonó la nariz con un sonido como
el de una corneta. —Lo siento —dijo—. Pero es tan triste... pensar que tu madre
y tu padre, la mejor gente del mundo que podrías encontrar...
- ¡no pueden morir!-
dijo Sirius lloriqueando- ¡eres mi hermano de otra sangre! ¡y la pelirroja!¡no
pueden morir! ¡es mi culpa! ¿Dónde estaba yo?- decia desesperado
-¡eso!- dijo Remus
igual de desesperado- ¿Dónde estabamos? ¡dime! ¡¿Cómo los dejamos morir!?-
James se acerco y los abrazo a ambos
-todo estara bien-
dijo y Hermione los miraba, tal vez, le recordaba mucho a como era ella con Ron
y Harry
»Quien-tú-sabes los mató. Y entonces... y ése
es el verdadero misterio del asunto... también trató de matarte a ti.
-¡no!- grito Lily- a
mi bebe nadie le tocara un solo cabello
Supongo que quería hacer un trabajo limpio, o
tal vez, para entonces, disfrutaba matando. Pero no pudo hacerlo. ¿Nunca te
preguntaste cómo te hiciste esa marca en la frente? No es un corte común.
Sucedió cuando una poderosa maldición diabólica te tocó. Fue la que terminó con
tu madre, tu padre y la casa, pero no funcionó contigo, y por eso eres famoso,
Harry.
-espera un segundo ¿Sobrevivio
a la maldición asesina?- pregunto Lucius Malfoy impresionado
-con solo un año-
agrego sorprendida Narcissa
-es imposible, nadie
vencera al señor tenebroso- dijo Bellatrix con fanatismo, Albus se enojo tanto
que hecho a todos los Slytherin, exceptuando Lucius, Narcissa y Severus
Nadie
a quien él hubiera decidido matar sobrevivió, nadie excepto tú, y eso que acabó
con algunas de las mejores brujas y de los mejores magos de la época (los
McKinnons, los Bones, los Prewetts...)
-¡no!- grito Molly-
mis hermanos- dijo llorando
-tranquila hermanita…-
empezo Gideon
-no te desaras tan
facil de nosotros- termino Fabian
y tú eras muy pequeño. Pero sobreviviste. Algo
muy doloroso estaba sucediendo en la mente de Harry. Mientras Hagrid iba
terminando la historia, vio otra vez la cegadora luz verde con más claridad de
lo que la había recordado antes y, por primera vez en su vida, se acordó de
algo más, de una risa cruel, aguda y fría.
-todos se
estremecieron
Hagrid lo miraba con tristeza. —Yo mismo te
saqué de la casa en ruinas, por orden de Dumbledore. Y te llevé con esta
gente... —Tonterías —dijo tío Vernon. Harry dio un respingo. Casi había
olvidado que los Dursley estaban allí. Tío Vernon parecía haber recuperado su
valor. Miraba con rabia a Hagrid y tenía los puños cerrados. —Ahora escucha
esto, chico —gruñó—: acepto que haya algo extraño acerca de ti, probablemente
nada que unos buenos golpes no curen. Y todo eso sobre tus padres... Bien, eran
raros, no lo niego y, en mi opinión, el mundo está mejor sin ellos...
- ¡ah no! ¡Lo asesino!
–gritaban fuera de si en el comedor
-¡de mi que diga lo
que quiera!- maldecia James- ¿pero un mundo sin Lily? ¡Como se atreve!- Lily lo
miraba sorprendida, ¿Cómo no se habia dado cuenta antes?
Recibieron lo que buscaban, al mezclarse con
esos brujos... Es lo que yo esperaba: siempre supe que iban a terminar mal...
Pero en aquel momento Hagrid se levantó del sofá y sacó de su abrigo un
paraguas rosado. Apuntando a tío Vernon, como con una espada, dijo: —Le
prevengo, Dursley, le estoy avisando, una palabra más y...
-no podia dejar que
insultaran su buen nombre!- dijo Hagrid en el comedor- no hay mejores personas
que ellos- los aludidos le sonrieron anchamente al gigante que estaba moqueando
Ante el peligro de ser alanceado por la punta
de un paraguas empuñado por un gigante barbudo, el valor de tío Vernon
desapareció otra vez. Se aplastó contra la pared y permaneció en silencio. —Así
está mejor —dijo Hagrid, respirando con dificultad y sentándose otra vez en el
sofá, que aquella vez se aplastó hasta el suelo. Harry, entre tanto, todavía
tenía preguntas que hacer, cientos de ellas. —Pero ¿qué sucedió con Vol...
perdón, quiero decir con Quién-usted-sabe? —Buena pregunta, Harry Desapareció.
Se desvaneció. La misma noche que trató de matarte. Eso te hizo aún más famoso.
Ése es el mayor misterio, sabes... Se estaba volviendo más y más poderoso...
¿Por qué se fue? »Algunos dicen que murió. No creo que le quede lo suficiente
de humano para morir. Otros dicen que todavía está por ahí, esperando el
momento, pero no lo creo. La gente que estaba de su lado volvió con nosotros.
Algunos salieron como de un trance. No creen que pudieran volver a hacerlo si
él regresara. »La mayor parte de nosotros cree que todavía está en alguna
parte, pero que perdió sus poderes. Que está demasiado débil para seguir
adelante. Porque algo relacionado contigo, Harry, acabó con él. Algo sucedió
aquella noche que él no contaba con que sucedería, no sé qué fue, nadie lo
sabe... Pero algo relacionado contigo lo confundió
- es impresionante-
murmuraron varios
Hagrid miró a Harry con afecto y respeto,
pero Harry, en lugar de sentirse complacido y orgulloso, estaba casi seguro de
que había una terrible equivocación. ¿Un mago? ¿Él? ¿Cómo era posible? Había
estado toda la vida bajo los golpes de Dudley y el miedo que le inspiraban tía
Petunia y tío Vernon. Si realmente era un mago, ¿por qué no los había
convertido en sapos llenos de verrugas cada vez que lo encerraban en la
alacena? Si alguna vez derrotó al más grande brujo del mundo, ¿cómo es que
Dudley siempre podía pegarle patadas como si fuera una pelota? —Hagrid —dijo
con calma—, creo que está equivocado. No creo que yo pueda ser un mago. Para su
sorpresa, Hagrid se rió entre dientes. —No eres un mago, ¿eh? ¿Nunca haces que
sucedan cosas cuando estás asustado o enfadado? Harry contempló el fuego. Si
pensaba en ello... todas las cosas raras que habían hecho que sus tíos se
enfadaran con él, habían sucedido cuando él, Harry, estaba molesto o enfadado:
perseguido por la banda de Dudley, de golpe se había encontrado fuera de su alcance;
temeroso de ir al colegio con aquel ridículo corte de pelo, éste le había
crecido de nuevo y, la última vez que Dudley le pegó, ¿no se vengó de él,
aunque sin darse cuenta de que lo estaba haciendo? ¿No le había soltado encima
la boa constrictor? Harry miró de nuevo a Hagrid, sonriendo, y vio que el
gigante lo miraba radiante.
-ese es mi niño!-
dijo Lily alegre
—¿Te das cuenta? —dijo Hagrid—. Conque Harry
Potter no es un mago... Ya verás, serás muy famoso en Hogwarts. Pero tío Vernon
no iba a rendirse sin luchar. —¿No le hemos dicho que no irá? —dijo con
desagrado—. Irá a la escuela secundaria Stonewall y nos dará las gracias por
ello. Ya he leído esas cartas y necesitará toda clase de porquerías: libros de
hechizos, varitas y...
-¿Cómo espera que
haga magia sin varita?- dijo Arthur
—Si él quiere ir, un gran muggle como usted
no lo detendrá —gruñó Hagrid—. ¡Detener al hijo de Lily y James Potter para que
no vaya a Hogwarts!
-¿te has dado cuenta
que te nombran primero?- comento james
-¿james como puedes
preocuparte por ello?- dijo Lily
-no me preocupa,
solo me llamo la atención- Lily largo una risita, esas cosas tan James, que la volvían
loca en ambos sentidos
Está loco. Su nombre está apuntado casi desde
que nació. Irá al mejor colegio de magia del mundo. Siete años allí y no se
conocerá a sí mismo. Estará con jóvenes de su misma clase, lo que será un
cambio. Y estará con el más grande director que Hogwarts haya tenido: Albus
Dumbled... —¡NO VOY A PAGAR PARA QUE ALGÚN CHIFLADO VIEJO TONTO LE ENSEÑE
TRUCOS DE MAGIA! —gritó tío Vernon.
-¿Cómo se atreve a
insultar a Dumbledore? ¡en menos de una hora, insulto a Lily, a James, a
nuestro mundo! ¿Quién se cree?- grito Molly
Pero aquella vez había ido demasiado lejos.
Hagrid empuñó su paraguas y lo agitó sobre su cabeza. —¡NUNCA... —bramó—
INSULTE-A-ALBUS-DUMBLEDORE-EN-MI-PRESENCIA!
-gracias Hagrid-
dijo Albus, causando que el gigante se sonrojase
Agitó el paraguas en el aire para apuntar a
Dudley. Se produjo un relámpago de luz violeta, un sonido como de un petardo,
un agudo chillido y, al momento siguiente, Dudley saltaba, con las manos sobre
su gordo trasero, mientras gemía de dolor. Cuando les dio la espalda, Harry vio
una rizada cola de cerdo que salía a través de un agujero en los pantalones.
-¡bien hecho!- grito
Sirius- ¿te molesta si lo uso?- pregunto con cara de perrito
-usalo- dijo Hagrid
y minerva lo miro mal- es decir…muy mal muchacho- todos rieron
Tío Vernon rugió. Empujó a tía Petunia y a
Dudley a la otra habitación, lanzó una última mirada aterrorizada a Hagrid y
cerró con fuerza la puerta detrás de ellos. Hagrid miró su paraguas y se tiró
de la barba. —No debería enfadarme —dijo con pesar—, pero a lo mejor no ha
funcionado. Quise convertirlo en un cerdo, pero supongo que ya se parece mucho
a un cerdo y no había mucho por hacer. Miró de reojo a Harry, bajo sus cejas
pobladas—Te agradecería que no le mencionaras esto a nadie de Hogwarts —dijo—.
Yo... bien, no me está permitido hacer magia, hablando estrictamente. Conseguí
permiso para hacer un poquito, para que te llegaran las cartas y todo eso...
Era una de las razones por las que quería este trabajo... —¿Por qué no le está
permitido hacer magia? —preguntó Harry. —Bueno... yo fui también a Hogwarts y,
si he de ser franco, me expulsaron. En el tercer año. Me rompieron la varita en
dos. Pero Dumbledore dejó que me quedara como guardabosques. Es un gran hombre.
-no podia hacer menos
por ti Hagrid-dijo Albus- y gracias por hablarle tan bien de mi al señor
Potter, un poco mas y me terminare creyendo lo que le dice- varios esbozaron
una sonrisa, Dumbledore era un chiflado
-¿Por qué lo
expulsaron?- pregunto James
— ¿Por qué lo expulsaron? – pregunto Harry
-realmente es igual
a ti- dijo Remus sonriendo por lo parecido de su mejor amigo y su sobrino
—Se está haciendo tarde y tenemos muchas
cosas que hacer mañana —dijo Hagrid en voz alta—. Tenemos que ir a la ciudad y
conseguirte los libros y todo lo demás. Se quitó su grueso abrigo negro y se lo
entregó a Harry —Puedes taparte con esto —dijo—. No te preocupes si algo se
agita. Creo que todavía tengo lirones en un bolsillo
-saben no veo la
hora de que se deje de hablar de esos muggles- dijo Sirius
-creo que ya no los
nombraran mas por un tiempo- dijo Hermione
-¿estas segura que
no quieres salir conmigo guapa?
-Sirius, podria ser
tu hija- dijo Lily, mientras Hermione reia
-tranquila Lily,
conozco como es- dijo la castaña divertida
-pero.. ¿me quieres
verdad?- dijo Sirius haciendo un pucherito
-claro, aparte si te
quitamos lo egocentrico, lo vanidoso, lo impulsivo, lo rebelde, lo…-Sirius
tosio- oh si, fuera de eso, eres encantador- todos rieron.
Me encanto, ahora voy a seguir leyendo
ResponderEliminar¡En general me parece una saga fenomenal! Definitivamente creo el éxito de esta saga radica en malas, regulares y buenas críticas, sin embargo lo cierto es que ver la película te entretiene muchísimo sobre todo por la caracterización de cada personaje. Pero tener el placer de leer cada uno de los libros es de verdad una buena experiencia, simple y sencillamente por el hecho de que tus sentidos se activan, además durante cada página echas volar tu imaginación. De verdad que si tienen la oportunidad, léanse alguno de los libros.
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